PRIMERA GRADUACIÓN UNAE

 

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Hoy es un día para celebrar, nuestro corazón está contento, este es un lugar en la montaña al que queríamos llegar, para tomarnos una copa de vino mientras escuchamos a Piazzola. Quisiera hablar en tres tiempos.

1.    El pasado reciente 

Macondo era una aldea de veinte casas, el mundo era tan reciente que las cosas carecían de nombre. Así, se cuenta en las primeras páginas de Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez. De la misma manera, la UNAE hace 4 ½ años era un decreto, con unas cuantas aulas que conformaba lo que hasta ahora se llama nivelación. Estaba ahí, el Burgay paciente, el cerro Santa Ana que nos mira sin darnos cuenta, y Chuquipata que nos recibió viéndonos al inicio, por las ventanas de sus casas y luego alegrándose de ser partícipes de algo que iba a ocurrir, sin saber cómo iba a ocurrir.  Desde ese entonces, el paisaje se fue llenando, en realidad fue cambiando, con nosotros por eso ahora ya no somos los mismos ni las mismas de hace 4 años y medio

La UNAE en su comienzo tenía un poco más de 250 estudiantes, y algunos profesores. Había algo, pero esa algo se parecía a nada. Todo lo fuimos nombrando con la gramática del nuevo modelo pedagógico, las practicas, los piensa, la pareja pedagógica, el aula invertida, leson study y otras cosas más. Tuvimos que aprender para ENSEÑAR y luego volver a aprender, tuvimos que cambiar para transformar. Fuimos diseñando la pedagogía con otra geometría proyectada para el siglo XXI, que además de garantizar la transformación de la educación, devolviera al Ecuador el orgullo de ser maestro.

Ustedes, los 244 estudiantes que han terminado sus estudios y se han convertido en maestras y maestros del Ecuador, vinieron atraídos por la novedad de una universidad dedicada solo a la educación, emblemática, como se nominaba en ese entonces, antes solo 19, quienes tuvieron que irse a Kansas, porque las cosas solo ocurren cuando tienen que ocurrir, otros y otras estaban emprendieron el curso de nivelación. Cuando no había nada, había sueños, personas que querían transformar la educación, no había universidad, por tanto, había que hacerla.  

Ese pasado reciente de despojo y de luchas estuvo contenido y padecido en el pasado del país, en su historia, en la historia familiar y personal de cada uno y cada una de ustedes. Ustedes quisieron romper con ese pasado común a pesar de venir con una historia que la condenada al fatalismo, pero había que romper con el destino que solo la educación subvierte. Para eso, había que hacer elecciones. Ustedes fueron los estudiantes de los 800 puntos, es decir, pudiendo escoger otras carreras, eligieron ser educadoras y educadores.

Ese pasado reciente y contenido nunca es totalmente explicable. Aunque podamos saber cómo llegamos aquí, el por qué a veces se nos pierde, se diluye, pues algunos deciden la suerte de los pueblos, y lo nuevo tiene un gran enemigo: la tradición y la costumbre. No pasaría nada si hacemos lo que siempre se hace, la novedad la visten de sospecha y tiene que abrirse paso a codazos en la vida pública. Lo cierto es que el pasado en sus modos diversos tiene el carácter de lo que Heidegger llamaba, existir arrojados. 

Hay un pasado reciente que nos constituye y olvidamos, el que debemos desempolvar y recordar, que no aparece sino es por la educación y al que debemos volver no para repetirlo, sino para pensarlo en el presente y organizar otro futuro, pues el tiempo no es lineal, es una espiral que regresa alejándose, pasa mientras nos obliga a regresar por medio de la lucha, el pensamiento, la fiesta y el ritual.

Ese pasado del pasado ha sido Simón Rodríguez para quien la igualdad no era una teoría, era una práctica, quien pensó que las Repúblicas se inventan por medio de la educación, no por la política. Por eso, si queremos que algo se transforme, tenemos que cambiar la escuela como educadores que somos. Solo la educación puede hacer un mundo donde todos podemos vivir, todo lo demás es demagogia. Así, cualquier proyecto pedagógico tiene relación con libertades, dignidades, y autonomías. 

Ese pasado del pasado tiene relación con Sarmiento en Argentina, con sus contradicciones, pues cuando se preguntaba sobre cómo educar para configurar otro modo de estar en el mundo, al mismo tiempo rechazó las clases populares, contradicciones que siguen presentes en nuestros gobernantes y que se repiten en el pueblo, porque todavía se considera que de los pobres no hay como esperar nada.

Un pasado que constituye un gran tejido con Martí para quien la vida es hermosa, que nadie se acobarde mientras haya libros, luz en el cielo y amigos en el mar. La fuerza está en el saber más que en los puñetazos. Él puso sobre la mesa la construcción de una América diversa y universal, en la medida que seamos más lo que somos. Para ello, había que descolonizar América del poder español, con más razón e ir hacia una educación que piense con cabeza propia, y no con personas que repitan pensamientos predeterminados.

Parte de ese pasado también fue Vasconcelos, quien quiso construir una nueva cultura sobre la base de la identidad latinoamericana mientras tanto pensaba que los indígenas debían ser tutorizados por ser menores de edad, sacando de nuestra América a sus habitantes reales.  Gabriela Mistral para quien la instrucción de la mujer es la formación de todo un sexo. Las mujeres deben aprender a leer. Ella luchó contra la creencia de que el indio no tiene capacidad intelectual y subrayaba que jamás debe hacer el maestro lo que el niño puede hacer por mismo. Mariátegui para quien la revolución no es solo por el pan, es también la conquista de la belleza. Él comprendió la importancia del mito, porque no es mentira o ficción, es un elemento catalizador, regulador, el mito es lo que levanta y constituye a los pueblos, no es la razón.

    Por último, Pablo Freire, quien pensaba que el educador debe involucrarse en los problemas de los pueblos. La educación es una acción política capaz de liberar a los oprimidos. Alfabetizar no es juntar palabras, es tomar conciencia. Educarse es apoderarse de la lectura y la escritura como un arma política en la lucha por la democratización y la ciudadanía. El mundo precede a la palabra escrita. No debemos separar a la lectura y la escritura del universo cultural. Tenemos que romper con la escuela donde el profesor sabe todo y el estudiante no sabe nada.

 

2.   Presente en conflicto

Queridos jóvenes maestras y maestros, habitamos el mundo de las libertades vacías que se derivan del referente universal dinero, Just do it -solo hazlo-, you can -tu puedes-, vive como quieras, lemas que pertenecen al mundo del mercado. Ustedes deberán construir un mundo mejor que el heredado por nuestra generación, cuando el modelo liberal y democrático y la vida occidental aparece como insuperable. Pascal Bruckner decía, el modo de vida occidental no es negociable. Van a necesitar diseñar otros modos de vida. Al mismo tiempo deberán luchar contra el “deseo reactivo un regreso a la simbolización tradicional, a la jerarquía”, un deseo encubierto por el relato religioso. Deberá ser un modo de vida donde debe volver la verdad cuando prevalece la mentira objetiva, o mejor, cuando decir la verdad significa mentir.  Para un mundo que miente, decir la verdad es la mejor manera de mentir. Al respecto Freud decía: ¿por qué dices que va a ir a Lemberg si en realidad vas a ir a Lemberg?

    Queridas maestras y maestros, eduquen contra la privatización del intelecto. Los contactos personales han sido privatizados en Facebook, Twitter, Instagram, Google, porque la des-territorialización del capital necesita cada vez más de formas autoritarias del Estado. Lejos de desaparecer, el Estado se refuerza, tengamos cuidado. 

Sus próximos estudiantes, ustedes y todos nosotros vivimos en una contradicción verdadera y   profunda del  capitalismo  tardío y decadente, mientras reproduce desigualdades monstruosas, patógenas, despliega cínicamente al visión de una simbolización igualitaria, la cual oculta la falsa contradicción por medio del  escape de la tradición de un Occidente que disuelve las jerarquías simbólicas tradicionales en provecho de jerarquías reales y disimuladas por la neutralidad monetaria, acompañada de  una reacción fascista muy peligrosa acompañada de una violencia espectacular que anuncia el regreso delas viejas jerarquías. Así, la moneda hace el oficio del simbólico inmaterial, mientras se regresa a la vieja moral y a las jerarquías incuestionables. 

Ustedes queridas maestras y maestros están entre dos aguas, contra la ruina de lo simbólico en las aguas congeladas del cálculo capitalista, la que se refería Marx, y contra el fascismo reactivo de la actual   simbolización nueva.

Apóyense en Meirieu, en el principio de la educabilidad nadie puede decretar la in-educabilidad de nadie, y el principio de la libertad nadie puede aprender por otro, dos principios fundamentales para que la educación no pierda de vista la emancipación.


3.   Un futuro abierto

Aunque todo este cambiando, aunque los tiempos sean otros, Lo esencial es no perder la orientación.

Hoy ustedes le dicen adiós a su vida de estudiantes durante 4 ½ años, de alegría y también de tristeza quizás de llanto de algunos que nos recuerdan a García Márquez: el llanto más antiguo de la historia del hombre es el llanto de amor.

Ustedes se formaron en la UNAE, vienen de aquí, aunque como dice Cien Años de Soledad uno no es de ninguna parte mientras no tenga un muerto bajo tierra. Se irán a otros lugares, solo cuiden su corazón, de lo contrario se podrirán vivos

La realidad seguirá siendo escurridiza, momentáneamente capturada por palabras. Partirán con muchos recuerdos que la soledad selecciona, y acumula, a veces los que quedan son los más amargos, ojalá en su memoria se lleven lo hermoso de la UNAE. No olviden que vienen de un proyecto que Ecuador lo luchó, lo soñó como en macondo, con temeridad atroz, con orgullo ciego, con tenacidad insensata, con dignidad altiva. 

Ustedes no van a construir el futuro, son el futuro, son los y las maestres del siglo XXI. El mundo no cambiara para recibirlos, ustedes deberán cambiar el mundo, cambiando la educación. Necesitamos fundar, construir, no se adapten, transformen la realidad educativa.

Tienen una ventaja y es que son jóvenes. Badiou dice que la sabiduría suele estar de lado de la larga experiencia, de edades largas, de la vejez. Hoy esa valoración ha desaparecido en provecho de su contrario: de la juventud. El mandato contemporáneo es permanecer joven. Tengan cuidado porque la puerilización de los adultos es correlativa a la potencia del mercado (Que es vivir p.30)

En los hogares pobres de América Latina y el Caribe es frecuente, que los primeros hijos dejen su ropa a los que vienen. Ustedes dejan muchas cosas para los que les siguen. Son esperados por quienes no conocen y no los conocen. Ustedes fueron los primeros, los que comenzaron, y nadie les quietara ese carácter de primeros, en esta linda y dolorosa aventura que se llama UNAE.

Para Bergson el tiempo es duración, el presente es lo único real, el pasado ya fue, y el futuro todavía no es. Lo que ocurrió, antes fue futuro. El futuro se convierte en presente y después pasado. El pasado cuando se piensa es presente. Es una ventaja, que el futuro este abierto, aprovechen esa condición. 

En la metafísica africana el ser no es lo que es, sino lo que tiene fuerza y es actuado. El tiempo es dinámico, el pasado es lo actuado anteriormente se formaron; el presente es lo que actúa, ustedes deberán dar cuenta de su formación, y el futuro será también por lo que ustedes comiencen a ser y a hacer, será lo que ustedes hagan.

 

Atrévanse a inventar el futuro, no se lo dejen arrebatar de nadie.

 

 

Muchas gracias por su escucha


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