¿QUÉ RELACION EXISTE ENTRE ARTE Y FILOSOFIA

 

    La relación implica familiaridad. Unir, juntar sin pegar, sin forzar. La relación es aquello que se ofrece y se recibe entre diferentes Una relación junta aquello que necesariamente no va a estar tranquilo.

     La relación entre arte y  filosofía ha tenido varías manifestaciones de las que quiero relevar algunas. Una de ellas ha sido la polémica que Platón establece con los artistas en su obra. Ellos aparecen como personas muy seguras de lo que hacen y que se creen cerca de la sabiduría en el diálogo de la Apología. En la República, Platón pretende mostrar que los así como los filósofos son los mejores gobernantes, los artistas están impedidos, casi de manera natural, de ingresar a la república.

     En la Edad Media la belleza se piensa que proviene de Dios y la fealdad del Satanás. Los feos son considerados hijos del Diablo.   

     Existe otro tipo de relación que tiene que ver con un pensamiento del arte que se ha prolongado desde que ha nacido la filosofía y que tiene extraordinarios trabajos como las lecciones de ética, el origen de la obra de arte de Heidegger, la verdad en pintura de Derrida. A partir de este segundo punto y de tres filósofos por a intentar llegar a lagunas conclusiones sobre la pregunta que intento desarrollar.

     La verdad en pintura de Derrida: Qué es lo verdaderamente pictórico? Esencial, central, específico en contra de lo secundario, central, marginal, accesorio se pregunta Derrida. Otro cuestionamiento es sobre lo verdadero o falso de las pinturas, su autenticidad, la relación de la obra con la firma.  ¿Cuándo una pintura es verdadera? Es adecuada al original cuándo es repetición? ¿Cuál es la verdad de la pintura? Es posible un discurso erudito de la pintura? En realidad estamos en un idioma que no se puede traducir, ni dominar, ni describir, no se puede referir, contarlo, pintarlo, pronunciarlo, imitarlo.

     La verdad no es misma del discurso, o del teatro, es la verdad de la verdad de Derrida, presentación, representación  o adecuación, es más bien un pensamiento ligado con la alegría de la ficción, invisible no desde el poder ni desde la razón. La verdad en pintura se representa de manera diferente. La fuerza de la verdad en pintura puede ser un abismo.

     Preguntarnos por le arte es preguntarnos por su sentido. Hegel dirá que solo tenemos arte como representación luego que si no existe arte por lo menos existen las obras de arte.

     Preguntarnos por el origen de la obra de arte es un etymon, una verdad una verdad desnuda _Derrida-

     Preguntarse como Heidegger sobre el origen de la obra de arte o de la historia del arte? Es someter todo espacio a las artes discursivas a la voz y al logos. Luego, la filosofía encierra al arte en un discurso y aquí pasamos a algunas cosas que sucede en la filosofía.

     Estudiar el arte que se hace es estudiar el arte como fin, El arte tiene siempre que ver con lo bello. Hegel pensó que la enciclopedia es una anillo de los anillos.

     El concepto de lo bello y del arte es una presuposición dada por el sistema de la filosofía. Las oposiciones de la metafísica del arte son cuestionadas, el arte se deja interrogar aquí a partir de la posibilidad de su muerte. Lo bello no es relativo al placer o la gustar. El arte esta más allá de lo bello. El origen del artista es la obra de arte y el origen de la obra de arte es el artista. Cada vez que la filosofía determina el arte, la domina  y la enclaustra en la historia del sentido o en la enciclopedia antológica, le asigna una función de médium.

     El parergon es una reflexión Kantiana que la continua Kant. El arte es la economía del abismo, la recuperación y la caída, es una operación abismal a favor de la recuperación. Kant pensaba que no se le podía asignar reglas conceptuales a lo bello. La posibilidad de placer es la cuestión. Lo bello no es la relación de la representación con el objeto, con vistas a un conocimiento sino en su relación con el sujeto y con su afecto. “El juicio del gusto no es el juicio del conocimiento, no es lógico sino subjetivo, y por consiguiente estético: relación con el afecto” Derrida. Esto no impide que algunas representaciones estéticas den lugar al juicio lógico.

     El gustar que determine el juicio estético debe ser desinteresado. Me interesa un objeto cuando su existencia me importa de uno u otro modo. Este place puro y desinteresado no es indiferente, lo cual convierte la obra en un duelo. No es goce es placer diría Kant. Lo completamente otro me afecta como un placer puro privándome a la vez de concepto y goce.

     La razón conciente de su impotencia para satisfacer su necesidad moral. Parergon se separa a la vez del ergon –obra- y del medio, se destaca primero como una figura sobre el fondo. El amor no es en ningún caos un fondo como pueden serlo el medio o lo abre pero su espesor  de margen no es tampoco una figura. El parergon se divide en dos: en el límite entre la obra y la ausencia de obra. El parergon es el marco, vestido, columna puede aumentar el placer del gusto, contribuir a la representación propia e intrínsecamente estética si interviene a través de su forma.

     La cualidad, el carácter desinteresado es lo mismo que determina la formalidad del objeto bello, este debe ser puro y desprovisto de todo atractivo de todo poder seductor, no debe provocar ninguna emoción, ni prometer ningún goce. La posición entre la forma y la materia, el dibujo y el calor, la composición y el sonido, el parergon normal y el parergon de ostentación y de adorno, la oposición entre el parergon bueno y el paregon malo depende entonces del encuentre de esta calidad de ese afecto de marco que se llama calidad, valor de calor y a partir del cual violentamente todo parece comenzar. Es una posición: oposición: marco.

     Un marco esta esencialmente construido y por consiguiente es frágil, esta seria la esencia la esencia o la verdad del marco pero no es un verdad de la trascendentalidad sino de la accidentalidad, una verdad que no puede ser atrapada por la filosofía. No hay universalidad del concepto, el juicio del gusto no tiene fin. Así, le perfume esta perdido para el arte y para lo bello, sino traten de enmarcar un perfume. Por tal sentido, la obra posee una finalidad que no remite a ningún fin.

 

2. La crítica al arte posmoderno de LIpovesky

 

    El ideal de subordinación del individuo a las reglas racionales colectivas es pulverizado para quedar en el cumplimiento personas y el respeto por la singularidad subjetiva. Reina la indiferencia, la autonomía privada, lo nuevo es acogido como lo antiguo, la innovación es banalizada. Estamos en tiempos ávidos de identidad, diferencia, conservación, es el vació lo que nos gobierna. La primacía del acto de comunicación esta por encima de la comunicaron, hay una indiferencia con el contenido, quien envía es aquel al que se le envía. A todo el mundo le vale. La estética se convierte en la frialdad de la exterioridad y la distancia. No importa cual sea el sentido. El espacio privado lo absorbe todo, todo placer puede habitar sin excluirse. No es el pesimista de Nietzsche ni el alienado de Marx, es un teleespectador. Nada de lo que sucede produce un sentimiento trágico.

     Baudelaire decía que lo bello es inseparable de la modernidad, de la moda y de lo contingente. Los artistas concurren contra lo instituido y academicista, el modernismo es un proceso de negación sin límites que de hecho no se detiene, es la tradición de lo nuevo. Lo inédito es el imperativo categórico, se desprecia el culto al dinero y al trabajo. Ela arte dentro de una racionalidad funcional por la eficacia la meritocracia y la productividad. Todo es arte. “Yo quise el derecho de probarlo todo” Gaugin. Disponer libremente de si mismo, así se adquiere el poder del demiurgo, de organizar las formas libremente siguiendo los intereses propios de la obra. “Crear se convierte en una operación consciente” Kandinsky. El trabajo se hace convergente desde los valores individuales como la libertad, la igualdad y la revolución.

     A pesar de la ausencia de unidad y del sincretismo del arte moderno, hay un eclipse de la distancia, el espectador se encuentra en la obra, en la literatura desaparece el punto de vista único y estático. El eclipse de la distancia entre el espectador y la obra es la desaparición de la contemplación estética y de la interpretación razonada para aprovechar la sensación, la simultaneidad, la inmediatez del impacto. Nace el culto a la emoción y la sensación. La insistencia esta en lo intelectual o anticognitivo tratando de encontrar las fuentes instintivas de la expresión.

     El artista es alguien libre, confesado en la indeterminación, en la contradicción fragmentada. Los personajes son inacabados al interior de un Matisse o un Modiglini. Es necesario interpretar las interpretaciones univocas. Todas las obras se prestan a la interpretación, la obra comienza a buscar lo vago, lo flojo, la sugestión, la ambigüedad, todo habla, todo dice, el sentido y el no sentido dejan de ser antinómicos y jerárquicos. Existe un final entre la esfera artística y la cotidianidad. No hay tensión entre artistas y publico pues no existe ninguna persona que defienda el orden y la tradición. El arte sigue siendo la exaltación del ser.

 

 


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