EL GÉNERO DE LAS REVOLUCIONES PÚBLICAS

  1. Punto de partida

         Es un privilegio estar en esta mañana con todas ustedes y poder aportar unas pequeñas ideas para la reflexión a partir de la pregunta por la relación entre el socialismo y las mujeres,  lo cual nos sitúa en las llamadas revoluciones que vienen sucediendo en América Latina desde una perspectiva política social y económica, desde los derechos y sus garantías en Ecuador de acuerdo a la nueva constitución, o lo que también se llama la  Revolución Ciudadana. Luego, la pregunta a manera de  punto de partida es saber ¿sí los cambios en América Latina comprenden a la revolución de las mujeres?  Desde un punto de vista teórico ¿pueden las revoluciones inspiradas en un modelo marxista, servir de marco para la liberación de las mujeres? ¿No tiene estas revoluciones una serie de elementos patriarcales, que se revelan en la interpretación de las luchas de las mujeres?

 

  1. Liberación de las otras o liberarse de otras

         Hace un poco más de un año en una conversación formal con un Embajador de los países que hoy llaman la atención por su giro a la izquierda en América latina, y al detectar la presencia entre nosotros, los  invitados, de una compañera feminista, y dentro de una conversación en la que se defendía la necesidad de los cambios políticos, económicos y sociales,  él realizó la siguiente afirmación: “Las cuestiones feministas desestabilizan a la familia y a las culturas de nuestros países, las cuales se sustentan en la complementariedad entre lo femenino y masculino, y destruyen el rol ancestral de la mujer como madre y su función doméstica”.  Dicha afirmación inmediatamente nos revela las contradicciones de las revoluciones de orden marxista con la liberación de las mujeres. La lucha de clases no es tan clara para los presidentes de los tres países y la revolución del género además es desechada o criticada desde una visión culturalista e incluso marxista. De igual manera muchas veces fuimos abordados por mujeres políticas cuando participábamos en la Asamblea Nacional por la defensa de los derechos sexuales y reproductivos las cuales nos decían que frente a la importancia de los cambios en el Ecuador era importante abandonar las demandas de las mujeres pues restaban votos a la Revolución Ciudadana.

        Este caso nos suscita algunas preguntas: ¿son los grandes creyentes en la Revolución Ciudadana unos machos que pasan por encima de las mujeres? ¿Ven ellos las reivindicaciones de las mujeres como algo que entorpece la lucha por la igualdad de clases? ¿Hasta que punto la lucha de las mujeres es tomada en cuenta como una emancipación profunda y en la base de la lucha de clases, por lo que no hay cambios sin mujeres emancipadas?

 

  1. ¿Pueden las mujeres liberarse dentro del socialismo?

        Si uno piensa que las desigualdades de las mujeres con los hombres comienzan desde la primacía de la fuerza sobre la razón, en el ámbito de la Política, como lo afirmaba el antropólogo Marvin Harris, en ambos casos la mujer queda muy mal parada porque tanto  la fuerza como la razón han sido adjudicadas a nosotros los hombres durante toda la historia. La mujer ha sido encerrada en visiones de inferioridad las cuales se traslucen especialmente en el campo de lo político.

        En realidad, tenemos que admitir con mucha vergüenza que las luchas de las mujeres han sucedido no solo sin hombres, sino que también las han tenido que hacer en contra de los hombres que se creen muy emancipados. Las luchas por la equidad, por el sufragio, por la igualdad normalmente ha sido cosa de mujeres. No obstante, tenemos que admitir la existencia de grandes reivindicaciones conseguidas dentro de movimientos socialistas. En condiciones socialistas se ha buscado la consolidación de la independencia económica de la mujer. Lo que tenemos que preguntarnos es que cuestiones del ejercicio de la política o de la concepción de lo político se convierten en determinado momento en obstáculo cuando las mujeres luchan por una habitación propia (virginía Wolf). Sin duda que al mencionar la noción de “interés político” todo lo que no sea trascendental, es de segundo orden. Por ejemplo, en tiempos de la Asamblea conocí un caso en el que el partido de gobierno quiso absolver a una persona perseguida por poderes económicos contra los cuales la política de oposición se dirigía, queriendo hacer caso omiso a las violaciones repetidas de esa misma persona a una menor de 14 años.

       Contradictoriamente  las luchas de las mujeres son calladas ante la reverencia otorgada a la lucha por la igualdad.  Ciertamente que la cuestión de igualdad en los movimientos de mujer no es determinada por el género sino por la ideología y el modelo social. ¿Por qué el género tiene que desaparecer dentro de la perspectiva de la igualdad?

        A pesar de no tener una relación causal que indique que las revoluciones aportan en la emancipación de las mujeres lo cierto es que si podemos probar la participación de las mujeres dentro de los grandes movimientos revolucionarios, por lo que siempre está suspendida la pregunta de ¿qué sucede en una revolución con respecto a la revolución sexual de las mujeres? Miremos algunos datos históricos.  

        Son muchas las mujeres que durante la revolución francesa tomaron las armas, participaron activamente como Clara Lecombe. Sin embargo ellas descubrieron rápidamente  que en la universalidad de los hombres, ellas eran negadas, que los derechos de los hombres no eran los derechos de las mujeres. Por tal motivo, en  1791 se escriben los derechos de las mujeres y la ciudadana por Olimpe de Gouges. Pero la gran frustración es que los clubes de las mujeres revolucionarios del parís fueron cerrados por los jacobinos, fue prohibida la participación política de la mujer, repentinamente las mujeres solo podían subir a la guillotina, no a la tribuna, con la siguiente sentencia de la prensa revolucionaria: ellas han transgredido las leyes de la naturaleza, adjurando su destino de madres y esposas queriendo ser hombres de estado. Las mujeres aparecen irreverentes en el campo de la política.

        Sin duda que el Capitalismo alteró la relación entre los sexos. El sistema incorporó a las mujeres proletarias al trabajo industrial con mano de obra barata y sumisa, y en los medios burgueses a la mujer se le enclaustró en el hogar a manera de un símbolo de status social, ellas eran parte de la propiedad legal de los maridos. Por tal motivo en el siglo XIX  nacen  los grandes movimientos de la igualdad bajo la línea de la Ilustración. Mientras se apuntaba al progreso de la humanidad con el fin de eliminar la escasez material de la humanidad,  a las mujeres se les negó los derechos civiles y políticos impidiendo cualquier tipo de autonomía. La preocupación de la miseria de las mujeres fue central. Por lo tanto nos preguntamos si ¿el posicionamiento del Capitalismo y del Socialismo tiene puntos de encuentro en cuanto a la emancipación de las mujeres?  ¿Sobre esta cuestión son ellos igualmente conservadores y patriarcales?

        Con estos hechos nos podemos preguntar si ¿el socialismo es feminista? Una respuesta directa es, él siempre ha tenido en cuenta la situación de las mujeres sin embargo no es feminista. Luego, se puede tener en cuenta proyectos de igualdad dejando de lado las preguntas de las mujeres. A pesar de reconocer la necesidad de independencia económica de las mujeres, a veces no fueron lo suficientemente críticos con la división sexual del trabajo. Hubo cosas positivas como la apreciación de Fourrier quien afirmó que la situación de las mujeres era el indicador clave a nivel de progreso y civilización de una sociedad asumida por el socialismo. En la misma línea Flora Tristan en su obra La Unión Obrera (1843) dirá que todas las desgracias del mundo provienen del olvido y el desprecio que hasta hoy se ha hecho de los derechos naturales e imprescriptibles de ser mujer. Para Tristran, las mujeres lo son todo para la vida del obrero, lo que no deja de suponer una acrítica asunción de la división sexual del trabajo pues la educación de las mujeres resulta crucial para el progreso de las clases trabajadoras, debido a la influencia como madres, hijas y esposas, acercándose a una de las ideas místicas de Saint Simon quien pensaba que el poder de los hombres se había extenuado y necesitamos una salvación con rostro de mujer.

        El marxismo articuló la cuestión femenina con la teoría general de la historia, y ofreció una nueva explicación de la opresión de las mujeres y una nueva estrategia para su emancipación. Engels en el Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado 1884, muestra que el origen de la sujeción de las mujeres no esta en causas biológicas, sino sociales. De aquí se sigue que la emancipación de las mujeres está en su retorno a la producción y a la independencia económica. Sin embargo no todos apoyaron esa idea pues existieron muchas críticas contra la mujer trabajadora, como la necesidad de protegerla, los abortos, la mortalidad infantil, el aumento del desempleo masculino. 

        En efecto, para muchos socialistas una mujer emancipada es antipática. Incluso se puede luchar por el derecho al trabajo de las mujeres pero no por su independencia sexual. Hoy desde los discursos culturalistas se ve a la independencia de la mujer  y el género como un intento por colonizar a los grupos indígenas y un ataque directo a la familia. Para las mujeres socialistas ha sido claro que sus movimientos de emancipación  son imposibles dentro del capitalismo por la explotación laboral, desempleo crónico, y que la cuestión femenina dentro del movimiento no es prioritario para los movimientos socialistas. ¿Por qué este fuera de lugar de las luchas de las mujeres dentro del Socialismo y el Capitalismo? ¿Qué es en realidad lo que preocupa a los hombres que hacen la política revolucionaria cuando se pregunta por la liberación de las mujeres? Busquemos algunas respuestas en la literatura y los mitos.

 

  1. ¿Cómo ven las mujeres esa negación en la política?

     Isabel Allende en la Casa de los Espíritus tiene algunas pistas: las mujeres vuelven a la memoria por la fragilidad de esta y por que la vida pasa tan rápido que no nos damos cuenta de de sus relaciones. Las mujeres viven condenadas al milagro del amor, mientras los hombres hacen la política. Ellas se tejen en la magia, con su intuición y bajo otro tipo de lógica. Ven lo político como un lugar de lucha en el que los hombres pretenden ser, de ahí la violencia del campo.  Los hombres buscan una identidad perdida a través de las luchas por el poder. Encerradas en su culpa y dolor están condenadas al silencio hasta que un hombre las toma para el matrimonio. Se sacrifican por sus madres, Ferula la hermana de Esteban nació para cuidar de su madre, mientras tanto el hombre puede ir a conquistar, a colonizar el mundo. La religión apoya dicha sumisión porque la devoción por el sufrimiento es el camino de Jesús. El hombre en la política tiene la permisión de la violación por necesidad natural. Los hombres nos dedicamos a las labores supuestamente importantes del mundo, buscamos una mujer que nos entienda, nos reciba como guerreros, nos cuide y  nos obedezca. Mientras tanto ellas siguen viviendo en los detalles,  conociendo desde el corazón.

    Nosotros sentimos miedo y celos cuando su amor no es únicamente por nosotros, cuando pueden amar a pueblos, causas, demostrando la incapacidad del hombre para amar a otros por encima de sí mismo. Los hombres vivimos atormentados porque no sabemos cuanto una mujer puede desear, no sabemos cuánto deseo puede existir en una mujer. Ellas, las grandes narradoras del deseo se enfrentan a hombres que solo desean apropiarse del deseo de ellas.

 

  1. ¿Qué tan lejos están las mujeres de la política como bios?

     Entre las mujeres kichuas de la amazonia  existe el mito del cazador y de la mujer que permanece en la choza. Mientras él se enfrente a muerte con el tigre y las boas, la mujer cuida la chakra, los hijos, define todo lo que tiene que ver con la vida. Él solo cree existir mediante el combate, ella en la lucha día a día. En efecto, ellas son las artistas de la cotidianidad. El hombre sigue pensando que lo más importante lo hacen ellos, cuando en realidad son ellas las que tejen la vida. Algunos hombres descubren de pronto que el mito del cazador solo es un sueño, que la vida está al otro lado y que incluso las mujeres son las que conocen el secreto de las  preocupaciones políticas económicas y sociales. Mientras tanto les golpean porque no resisten ser abandonados, porque no pueden con tanta impotencia. Así, la entrada de las mujeres en la organización normalmente tiene el precio de una increíble violencia de parte de los hombres.  

 

A manera de  conclusión

     ¿Qué sucede cuando las revoluciones dejan la cuestión de la mujer fuera? Quizás se repite lo que García Márquez señala en Cien años de soledad: José Arcadio descubrió que la tierra era redonda, cuando en muchos lados ya se sabía, menos en macondo: “esa fue la época en que adquirió el habito de hablar a solas, paseándose por la casa, sin hacer caso de nadie, mientras Ursula y los niños se partían el espinazo en la huerta cuidando el plátano, la malanga, la yuca, el ñame, la ahuyama y la berenjena”.


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