DOS MUNDOS ENCONTRADOS
- La
firma del TLC un asunto de información?
También están los que no
saben o no se han informado: los movimientos de izquierda, contestatarios,
hombres y mujeres que en realidad pareciera que no tienen nada que perder
porque no tienen nada o aunque puedan tener algo quieren un mundo diferente al
de la circulación de productos. Dentro de este grupo también se alinean algunos
grupos que se sienten traicionados por los negociadores como es el caso de los
ganaderos, quienes en cualquier momento pueden pasar al otro lado.
Aunque
en el segundo grupo se alineen grupos y personas de poder, la mayoría de
personas y grupos que están allí pertenecen a una clase social pobre por lo que
me atrevería a decir que el conflicto por la firma del TLC revela las
posiciones en choque entre el mundo rico y el mundo pobre, y muestra que la
mayoría de la clase media si está de acuerdo con el TLC pues el homo oeconomicus que se define
por los intereses desde le siglo XVIII es propio de esta clase. En el fondo
esta clase tiene el sueño de llegar a vivir como ricos algún día y no dejarán
pasar ninguna oportunidad para lograrlo. En
otras palabras el TLC revela que la libertad a la que la mayoría ha
aspirado es la del libre comercio y que ser libre no es más que tener libertad
para comprar, para vender, para consumir y no ser atracado por las empresas de
servicio, en fin para competir y tener todo lo que desee como lo propone una
economía libidinal.
Por
consiguiente, esta no es una lucha entre los que saben y los que no saben, ni
ente los que están informados y los que no tienen acceso a la información sino
que es una lucha entre la manera como se ve, se siente y se valora el mundo
desde la visión de los ricos y la manera como social y antropológicamente se
puede evidenciar desde la carencia de bienes económicos indispensables para la
vida.
Cuando
se piensa que es un asunto de información se opera más de un olvido, pues lo
que aparece es un olvido del olvido, ya
que la realidad simplemente está allí y no es algo que se construye. Esa
realidad que se muestra tiene porque aparecer como tal. El real que irrumpe, de
vez en cuanto, ingresa a la realidad y nos daña, en cierta medida, el sueño de
Walt Disney; es irónicamente desvestido de la potencia que toma de la ideología
neoliberal.
Las verdades que se discuten
y se sustentan son verdades construidas desde el poder donde normalmente hay
algo que se dice mientras que todo lo demás se oculta. Por ejemplo se habla de
México con su tratado con USA y Canadá pero no se quiere decir nada sobre el
muro ni las leyes migratorias y mucho menos del desempleo. Se menciona a Chile
pero no se habla de las restricciones, ni de la contaminación o de lo que hoy
se llama los males de civilización. Quien maneja el poder es quien logra construir
la verdad, esto no se admite. La objetividad todavía es un presupuesto válido
que aducen las grandes mafias financieras.
Bajo la preocupación del
saber como información un primer diagnostico es claro: están en la oposición
porque no están informados. Todo el problema por lo tanto descansa en acceder o
no acceder a la información. Así, los medios de comunicación que normalmente
pertenecen a grupos de empresarios con grandes intereses en las negociaciones
salen al rescate la sociedad con sus sicarios de las palabras y defensores de
las opiniones que ellos quieren escuchar y hacer escuchar mediante la
utilización de la voz que en la metafísica occidental equivale a la conciencia,
tal como lo ha señalado Derrida.
El
segundo diagnostico, después de escuchar la información que los negociadores
tienen es que no quieren escuchar, más o menos como dice la Biblia: porque no
tienen oídos para escuchar. En lenguaje
castizo, no quieren escuchar porque son brutos, o indígenas o campesinos. Ellos
no saben ni nunca van a saber por eso consultarles no tiene ningún sentido para
el Estado. En efecto, las posiciones que va adoptando los Estados son cada vez
más autoritarias dentro del mundo de la comunicación y de la Globalización.
Quisiera
iniciar esta reflexión en medio de las manifestaciones, gritos,
expresiones, represiones, consensos, disensos, informaciones que suceden en
este momento en el país con respecto al TLC, refiriéndome en seguida a lo que
es reflexionar en el medio.
- Es
imposible hablar del TLC como de una gran Feria?
No podemos decir que lo que
ocurre no tiene que ver nosotros aunque aparentemente nada tuviera que ver
nosotros pues tener las posibilidades para
dedicarnos a la reflexión en nuestros países solo se puede hacer si se
tienen los privilegios, o a los que se accede cuando nos presentamos como
escritores. No obstante, no podemos huir de un mundo que nos salpica con su
sufrimiento, nos arrastra con sus muertes, se chorrea entre nuestras manos con
su complejidad y todavía tiene la capacidad de encantarnos.
Reflexionar en medio no tiene relación con el
intelectual marxista de Althusser o el intelectual engagé de
Sartre. El estar en medio
es no tener la posibilidad de estar fuera o más allá, por lo que no pretendo
arribar a ninguna objetividad y menos a aquella que se pasea por los lugares de
negociación y que pretende inscribirse en prácticas científicas las cuales pueden justificarlo todo, incluso
el terror y el chantaje por la defensa
del mercado y la usurpación.
Estar en medio es casi como una condena;
es no poder salir, ni escaparse; es admitir que la indiferencia es un
asesinato, y el tomar partido es de una responsabilidad enorme, casi infinita,
como aquella que propusiera Lévinas en la definición de la ética: hacerme
responsable de la responsabilidad del otro.
El medio del medio no es el lugar del ecléctico que se encuentra
en un lugar donde simplemente observa y logra determinar cuál es el medio del medio. Sería el lugar
del que escapa de los extremos, a la manera del justo medio de la Etica
a Nicomaco de Aristóteles. Tampoco es el lugar del relativista, de aquel
que dice que las cosas no son ni buenas ni malas porque todo depende del lugar
donde se las mire. Por último, el
medio del medio no es el lugar de los teóricos del lenguaje cuando a
partir de los actos del habla pretenden estar seguros que todo se puede
construir desde él.
Pensar
desde el medio es
abandonar la posición de privilegio del observador y saber que estamos en
múltiples lugares, atravesados por flujos, conscientes e inconscientes, sin
poder determinar lo que decimos, por ello con la necesidad de pensar lo que
queremos de decir, escribir, lo que se nos dice o aquello que ya hemos dicho,
interrogándonos sobre desde dónde parte lo que decimos? A quién beneficia?
Porque nos interesa decir lo que decimos? Cuáles son los discursos en los que
apoyamos nuestro decir?
Estar en el medio es pensar desde el medio, esto
significa que no se trata solamente de sospechar de las evidencias pues la
apariencias nos engañan como diría Platón. El pensador descubre algunas doxas
–opiniones- en las que están los otros, incluso puede hasta descubrir doxas en
sus formas de pensar, pero nunca puede evitar que aquello que dice no se separe
del estatuto de la opinión, además sin tener la posibilidad de hacer la
distinción.
En
suma, el medio nos ata a singularidades que
impiden la pretensión al universal. Estas singularidades no dejan de ser
válidas aunque no sean universales, pero su validez no lo es para cualquier
lugar. Las reflexiones desde los
lugares que habitamos, en medio de ellos, los tiempos que nos corresponden y
nuestros compromisos e intensidades con el mundo no solo que son diferentes
sino que son divergentes.
Firmar o no firmar, esta es
la cuestión. Sin embargo hay saberes que anteceden la firman y que hacen de
esta una obligación en la medida que actúan en el funcionamiento social. Cuáles
son estas? y Cómo lo hacen?
- Qué
ciencias son las privilegiadas del TLC?
Una manera directa de incidencia
es que desde las ciencias y con sus representantes se repite el argumento
moderno de la ignorancia de los indígenas. Argumentos racistas aparecen
legitimados en nombre de la ciencia. Los medios teniendo “conciencia” de las
falencias de los opositores quieren
“ayudar” con sus campañas de información las cuales no evitan repetir la misma
creencia.
Que
desde la ciencia se desprendan argumentos racistas no es algo extraño. La
ciencia de las luces ha sido uno de los principales medios que ha servido para
condenar al otro en tanto que inferior e ignorante. El sueño de Saint Simon de
cambiar la sociedad por medio de la ciencia y de la técnica, en un primer
momento perjudicó a los no-occidentales y en un segundo momento a las
sociedades que han optado por este tipo de cambio.
El hecho
de que la Economía, el Derecho y la Comunicación definan hoy la adhesión al
libre comercio y condenen a la ignorancia y a la barbarie todo tipo de sociedad
que no lo acepta nos hace entender que no existen dominios universales que
pertenezcan a dichas ciencias, pero muy a pesar de ellas, estas ciencias se
atreven a definir lo que conviene, lo bueno y lo mejor. No creer en sus cifras
es exponernos a colocarnos en contra de lo inconveniente para la mayoría, es
decir, nos hacemos atentatorios de los principios democráticos sagrados.
En
consecuencia muchas cosas se aprenden no solo cuando aprendemos las ciencias
sino cuando vemos la manera en que ellas delimitan y son delimitadas en sus
dominios, la manera en que los objetos se forman y son escaneados por los conceptos, pero sobre todo en las
formas que ellas adoptan dentro de las prácticas (Foucault, 2001, p.781) Así, nada sabemos sobre la ciencia si nos
quedamos detectando sus errores y sus verdades. Entonces, al estudiar las
condiciones de existencia de la ciencia, sus reglas de transformación podemos
entender porque determinadas ciencias se convierten en prioritarias pero sobre
todo aprendemos que aquello que le hace funcionar a una ciencia no se encuentra
dentro sino fuera de ella. Por consiguiente, referirnos a las ciencias no es
referirnos al proceso de evolución de
las luces sino al juego de poder dentro de las sociedades, pues no pasamos de
Marx a Hayek porque seamos más inteligentes. Así, los análisis teóricos están unidos al
proyecto práctico, no quiere decir esto que la práctica sea primero que la
teoría o que no lo sea, sino que no hay como separar a las dos ni creer que
porque logramos entender las prácticas podemos saber explícitamente sobre las
teorías o viceversa.
Nos preguntamos sí la Economía va de
la mano con el Derecho? Favorecer el mercado
es un asunto constitucional pero que el mercado atente contra el Estado
es un asunto anticonstitucional? De hecho, la discusión sobre la firma del TLC
tiene connotaciones jurídicas. Pero en qué medida el sujeto del mercado y el
sujeto del derecho son asimilables? El liberalismo aparece más como una forma
de relación que como una técnica. En consecuencia la multiplicación de la
oferta y la demanda, de la inversión, el costo-beneficio no solo genera modelos
de las relaciones sociales sino crea modelos para la existencia misma. Por
ejemplo, el individuo es centro para la Vital-Politik. Sin embargo principios
como la competencia se convierten en atentatorios para la construcción social.
Cómo salir de este impase? La salida cínica es generalizar la oferta y la
demanda en el campo no-económico, es decir, la familia, el sexo, el deporte,
etc.
Una
de las consecuencias directas es que la crítica a la política ya no es solamente
jurídica ni simplemente política sino que se actúa desde un positivismo
económico. De esta manera el mercado no es solamente un principio de auto-
limitación del gobierno, es un principio que se regresa contra él. En
consecuencia la justicia de un gobierno ya no se encuentran en sus políticas
sociales sino en sus políticas económicas que siguen el viejo principio del
liberalismo: Laissez faire. A
medida que aumenta el ejercicio del poder del Estado en torno a la empresa,
desaparecen las responsabilidades sociales dejando solo una ventana abierta, la
de la caridad del Estado para con los pobres en caso de catástrofes naturales.
El
Neoliberalismo aprende a pasar del homo oeconomicus al homo legalis
sin que haya una relación compatible.
Los problemas económicos comienzan a ser repensados en el marco jurídico
y como la política nacional sigue atada a los principios de la soberanía, el
derecho internacional colabora con el derecho de las transnacionales a la
usurpación de otros gobiernos y hasta de sus propios países.
El
interés del homo oeconomicus que aparece en la Filosofía Inglesa surge
como un principio empírico del contrato, así dentro del sujeto del contrato
aparece el sujeto del interés del liberal. Sin embargo el contrato no se
respeta por la existencia del contrato sino por la existencia del interés
(Foucault, 2004, p.277-278)
La
sociedad civil emerge como un tercer principio que intente salvar las
contradicciones entre el sujeto del interés y el sujeto del derecho y para
hacerlo lo mejor será la ciencia de la Comunicación que se basa en el método
científico de Pierce que da origen a la experimentación pragmática y facilita
la construcción de un autismo social a partir del lenguaje (Poulain, 2003).
La
pregunta es, entonces, si todo este trabajo desde la ciencia en torno a la
práctica del libre mercado puede llevarnos hacía la emancipación?
- Podemos
emanciparnos por el mercado?
La no elección dentro de la
supuesta elección es amnésica con respecto a la historia, la política, los
negociadores y con aquello que se está negociando. No solo que se olvida el
pasado, sino que se distorsiona el presente y se camina obstinadamente hacia el
futuro. Todo lo que ocurrió antes, en la mesa de negociación no cuenta. Lo
único que importa es lo que se puede ganar y no lo que se puede perder y mucho
menos, lo que se ha perdido. La crítica al desarrollo de pronto se deja de
lado, todo se puede vender, todo se puede comprar, hasta las necesidades
mismas.
La crítica sufre
impresionantes metamorfosis:
q
Primera,
la identificación de la crítica con la reactividad. No se puede criticar sino
hay propuesta. La crítica por la crítica no existe para el sistema. Como
sabemos qué no queremos, esto no solo que no es suficiente sino que es
inaceptable. De esta manera el discurso del por qué desaparece y aparece el
discurso de los métodos, los procedimientos, los planes. El sistema alardea de
estar cansado de los diagnósticos.
q
Segundo,
el sistema que critica la crítica e impone el cómo, se apropia de la crítica.
El discurso de los derechos, la cultura, las identidades, el género, deviene
defensivo. Ahora quien ataca es el sistema. Una práctica es válida si se es
legal, es decir si tiene autorización del sistema. La protesta aceptable es la
que dialoga sobre lo que el poder le permite dialogar y cuando le permite
dialogar, de lo contrario no es legitima. De esta manera la izquierda ingresa
en el juego que impone el fenómeno de la tribunalización de la sociedad. Con
toda razón dice Lyotard (1991) que hoy la crítica contribuye a transformar los
diferendos en litigios. En consecuencia, el sistema puede ser más crítico que
cualquier movimiento político. En efecto, la derecha tiende a ocupar el lugar
de la crítica en muchos países.
q
Tercero,
la crítica pierde su fuerza original y pasa a ser un elemento más de la
funcionalización del sistema. El sistema habla de derechos, emigrantes,
injusticias, corrupción, pobreza, etc.., como un tema más que fortalece al
sistema. Un efecto inmediato de una crítica desustancializada es el que sistema
comienza a tratar los problemas sociales con lógicas de caridad, sin ninguna
vergüenza, haciendo notar que todo lo que produce pobres es por causa de un
tipo de naturalización de sufrimiento.
Dentro de un sistema que
destruye la crítica, la emancipación ya no es un ideal. Podemos sentir que nos
emancipamos cuando los animales tienen derechos. El sexo, el género, la raza,
la cultura, la comunicación, pero sobretodo el mercado nos puede emancipar.
Desde ahora lo que importan son pequeñas emancipaciones pues pareciera que Marx
y su lucha de clases fueran la gran equivocación pues dejaron de lado las
diferencias como lo pretende afirmar Ernesto Laclau.
Este sistema no se formó de un día para otro. Después de la
Segunda Guerra Mundial ya se hizo un programa positivo para el Laissez Faire
en medio de la grave crisis de la post-guerra -paradójicamente las crisis han
significado una reactivación del capital-. Los pactos que se organizaron en
torno a la guerra ahora se realizarían para sustentar la vida del capital sin
dejar de lado los pactos sociales. En el estudio que hacía Foucault (2004) sobre
la bio-política entre los años 1978 y 1979 en el College de France
demostró que todos los programas sobre la pobreza, la educación, la segregación
que se desarrollaron desde la administración Truman sirvieron al
intervensionismo del Estado.
La gran diferencia entre el
Neoliberalismo Alemán y el Neoliberalismo Americano es que en América “no es el
Estado el que si limita con el liberalismo, es la existencia de un liberalismo
el que deviene fundador del Estado” (Foucault 2004, p.223) Luego, sí para el
Estado europeo el liberalismo era algo que limitaba el Estado para nosotros la
democracia y el Estado se convierten en dimensiones fundadas por el
liberalismo. Es decir que en el fondo lo político tiende a buscar este tipo de
libertades y por consiguiente no entra en contradicción con ellas. En
definitiva, lo político buscará la libertad del capital por encima de todas las
libertades y todos los derechos.
Pero hay una segunda
característica y es que el liberalismo americano se convierte en el elemento
recurrente de toda discusión, de todas las elecciones a diferencia del
liberalismo europeo. Así, el liberalismo no es extraño al discurso sobre la
soberanía. Es decir, que el libre mercado no va en contra de la soberanía. Lo
que llama la atención es que el concepto sobre la soberanía puede ser un
argumento tomado por los movimientos contra-TLC sin advertir que por un lado
esa soberanía es la misma del siglo XVIII que excluye al otro y está
centralizada en un Estado liberal y, por otro lado no se advierta que lo que está
en juego no es la soberanía sino un mundo diferente al que propone el mercado y
que dista del mundo de la política moderna.
Por último, el TLC no deja
solo al descubierto un sistema Neoliberal, sino que también nos devela los
intereses más íntimos de la sociedad y de los seres humanos. Me atrevería a
decir que las luchas anti-imperialistas siempre fueron ambiguas por el
maquiavelismo que manejaron los dos bandos. Ahora que estamos en el libre
comercio lo que queda al descubierto es que el liberalismo en nuestros países
es más que un sistema o una ideología. Así, como la caída del muro de Berlín
reveló nuestro corazón unido al mercado, el TLC nos muestra que el liberalismo
es “toda una manera de ser y de pensar” (Foucault, Ibíd., p.224) Es una manera
de sentir, de imaginar, de soñar y de desear, con la potencia para construir
utopías individuales y egoístas como el liberalismo de Adam Smith que recurre a
la mano invisible para hacer el milagro en donde los proyectos individuales
tarde o temprano favorecen a otros.
Sin embargo, si bien tenemos
que mirar el TLC más allá de la metafísica de la presencia, qué otros elementos
encontramos en un momento en que parece que nada puede pasar porque o todos nos
convertimos en neoliberales o no tenemos opción?
- Cómo
mirar la realidad del TLC de otro modo?
En
efecto, ni el liberalismo, ni el marxismo son suficientes para entender lo que
hoy está pasando (Lyotard, 1991). No basta con decir que hoy estamos así porque
somas más neoliberales que ayer. Sería como no tomar en serio la realidad.
Tampoco basta hacer referencia a la actualidad de Marx. Quizás nuevos elementos
de Lacan nos ayuden a entender un poco mejor lo que sucede.
Una de
las primeras preguntas es saber si el mundo que nos propone el Neoliberalismo
con el libre comercio es el mundo que queremos? Podemos decir que sí es el
mundo que queremos y no hacer ningún juicio al respecto. Pero viene una segunda
pregunta y es si este mundo que queremos con el libre mercado es un mundo
posible? Y tendríamos que comenzar diciendo que este mundo del mercado es un
mundo imposible porque nos coloca frente a
una paradoja, siguiendo a Zenón, discípulo de Parmenides, y es la paradoja de Aquiles y la tortuga, y
es que este mundo del mercado nunca se convierte en un mundo del mercado porque
ni es libre ni es estrictamente mercado lo que se negocia, pues el mundo de la economía es libidinal está
atravesado por el deseo lo que la convierte en algo que no coincide consigo
misma puesto que la economía no ofrece lo que necesitamos ni nosotros podemos
pedir lo que ella nos da. Al mismo tiempo no podemos escapar al mundo del
mercado. Es lo mismo que Zizek (2000) nos advierte con la Iliada en la
que Aquiles no puede alcanzar a Héctor pero Héctor no puede escapar de Aquiles.
Esta no-coincidencia ontológica es
la que hace que el sujeto nunca pueda alcanzar al objeto pero que no podamos
escapar de su seducción. Los objetos son superados pero nunca son alcanzados,
en esto consiste la economía libidinal. Esto significa que es muy difícil
escapar a la fascinación del mercado porque aunque sepamos que no podemos
alcanzar al objeto, no dejamos de dar vueltas alrededor de él. En otras
palabras, no nos podemos aferrar a él pero no podemos huir a su veneración.
Esta
economía libidinal que explica porque no somos capaces de salir del mercado se
apoya sobre un sistema dialéctico que se establece entre necesidad, demanda y
deseo y que lo explica brillantemente Zizek.
Los objetos del mercado aparecen en un primer momento como algo que
satisface nuestras necesidades. Todo lo que nos ofrece el libre mercado es algo
que supuestamente necesitamos, luego, hace parte del binomio económico de la
oferta y la demanda. Sin embargo, todas esos objetos necesarios son
transformados en demandas, es decir que el valor de uso se convierte en valor
de cambio por lo que los objetos en realidad hacen parte del deseo. Así,
aquello que inicia como una necesidad termina siendo un objeto del deseo,
cayendo en la maldición de Tántalo que todo lo que toca se convierte en oro,
incluso aquello que necesita para sobrevivir. Luego, el paso del valor de uso
al valor de cambio se debe a la transformación dialéctica de la necesidad en
deseo a través de la demanda.
Los
objetos que buscamos para la satisfacción de nuestras necesidades son en
realidad la confirmación de la necesidad de los vendedores respecto de
nosotros. Lacan tenía razón en cuanto que el plus hace que la leche de
la madre no sea solamente leche sino la prueba de amor. No nos movemos en la
simetría biológica –como si lo pueden hacer los animales- sino en algo que nos
da el deseo parecido a la plusvalía marxista que resulta de la fuerza de
trabajo del proletario. De esta manera, el propósito real –aim- no tiene
directamente una meta –goal- sino que lo que importan es el propósito:
“El propósito final de la pulsión consiste
simplemente en la reproducirse como pulsión, volver a su senda circular”
(Zizek, ibid., p.21) Este esquema termina explicando que la fascinación del
mercado esta en el goce que el produce y su goce no está en ninguna meta sino
en el movimiento repetitivo que sucede en un circuito del cual nosotros no
podemos huir. Es igual a Sísifo cuyo propósito real es el camino en sí –el
ascenso y el descenso- y no la meta. Así aunque el TLC no cumpla con las
expectativas lo que importa es que este tipo de economía es la que nos tiene
atrapados pues al logrado penetrar nuestras vidas y los modelos de sociedad.
La
fuerza del mercado esta, entonces, en el deseo mismo, en la carencia de sus
objetos libidinales que impiden a la reflexión crítica y sus prácticas decretar
su nulidad. Con la Economía Libidinal llegamos al deseo, es decir a la falta
constitutiva del deseo y no podemos ni siquiera atrevernos a salir de ella. Así
la mayor angustia no esta en el mercado sino en perderlo porque con ello
mataríamos al deseo y esto sería la muerte. Sin embargo los únicos que no están
son los pobres, los que están fuera del mercado por innecesarios, por tal
motivo son los únicos que se atreven con sinceridad a romper con el mercado. Al
contrario, la clase media vive la experiencia de su extinción en el momento que
cuestiona el mercado.
Los
seres humanos que vivimos dentro del mercado sentimos que moriríamos en el
momento en que escapamos a la economía libidinal puesto que en el fantasma se
constituye al sujeto como deseante y los sujetos deseantes son aquellos que
corren tras lo imposible sin importarles todos los daños que esto pueda
ocasionar. En consecuencia, la salida que vemos en primera instancia es
comenzar a amar las trivialidades de la vida y no correr tras lo imposible del
mercado ya que este con su deseo nos sitúa en una superficie vacía.
Uno de
los argumentos que surge entonces cuando se crítica el mercado siendo
concientes de estar atrapados en el deseo de la economía es el argumento de la
atenuación: je sais, mais quand meme –yo sé pero que puedo hacer- Este
argumento surge cuando se da a conocer todo lo que sucede con el planeta debido
a los modos de consumo y de desarrollo. La atenuación diría: vivir con el
mercado es imposible pero vivir sin él es muy difícil. Así, se puede apostar
por lo peor como no todo pas tout .
Para que
los objetos del mercado sean fascinantes se requiere de la ilusión. La ilusión
es la que nos lleva a creer que siempre han estado allí, es decir que no los
ponemos nosotros sino que siempre han estado allí como respuestas de lo real
(Zizek, Ibíd., 62) En consecuencia, los objetos de la economía libidinal viven
atrapados en la inversión fetichista que consiste en hacernos creer que las
súbditos creen que tratan a una cierta persona como Rey porque ya es un Rey en
sí mismo, pero en realidad esa persona sólo es un Rey porque lo súbditos lo
tratan como tal. Así, el mercado
necesita de las falsas creencias y sin estas falsas creencias no estaría en
ningún lugar. Sin embargo, ese simbolismo tiene una parte de lo real, esto hace
que cuando veamos respuestas de lo real nos encerremos en nuestra propia
ficción. La condición fundamental de la ficción es el lenguaje el cual nos hace
vivir constitutivamente fuera de carril.
Siempre
hay un momento en que tenemos que volver a lo real, no podemos permanecer todo
el tiempo en la simbolización, como el coyote de los dibujos animados que
comienza a caer cuando se da cuenta que ha estado corriendo sobre un abismo o
ve que viene la bomba sobre su cabeza, la misma que él había lanzado.
Por
último, si son dos mundos los que se encuentran en confrontación y no es la
cuestión de firmar o no firmar, como se muestran estos dos mundos?
- Por
qué mundo optar?
De Souza (2005) se refiere a tres visiones del mundo en conflicto: la cibernética, la
mercadológica y la contextual. La primera piensa el mundo como una máquina que
opera a partir los sistemas de información. Por supuesto, cuando la máquina se
detiene inmediatamente afirma que se debe a problemas en la información. En
efecto, los medios de comunicación hacen ver que los indígenas no están de
acuerdo porque no saben. Saber es firmar y para saber se requiere de la
comunicación. Uno de sus grandes inspiradores de esta idea es Habermas quien
con respecto a los acontecimientos del 11 de septiembre decía que todo se debía
a “patologías de la comunicación”. Este mundo privilegia los artefactos tecnológicos
y la ciencia es quien tiene la verdad de todo.
La otra visión es la
mercadológica. La solución a todos los problemas están en mercado. Siguiendo la
tradición reduccionista, el mercado como principio es el que puede solucionar
los problemas de la corrupción, de la migración, del desempleo, de la política,
de la ética. En este mundo todo tiene precio. Los negociadores pueden
negociarlo todo como si se tratará de su hacienda. Además del reduccionismo su
otra tendencia es la de compartímentalizar su análisis. Todo es un asunto de
negocios y negocios son negocios. Cada cosa que se negocia no tiene relaciones
ni interrelaciones con las otras que van a ser o ya han sido negociadas. El
país esta en venta porque todo es una mercancía y las leyes básicas son las del
capital: la oferta y la demanda. A lo humano se le comienza a llamar capital
humano, lo mismo que lo social es capital social y lo intelectual capital
intelectual. El gran interés es la competencia y parte del presupuesto
darwiniano que la vida es una gran lucha por la sobre-vivencia. La igualdad no
importa y menos cuando se apuesta por la competencia. El hombre que aparece
allí es el homo oeconomicus, un hombre que lucha por sus intereses y que
se sustenta en el derecho pero que lo supedita a sus ganancias. De Souza dirá:
“Bajo el concepto de competitividad, el neo-evolucionismo está dividiendo el
mundo en arenas económicas y tecnológicas, donde las leyes del mercado
prevalecen sobre las leyes de las sociedades y las transacciones comerciales
sobre las relaciones sociales” (2005, p.26)
El mundo que se contrapone a
estos dos es el mundo de los pobres, de los que no creen en un desarrollo
porque nunca han sido beneficiados por él. Donde se requiere de la economía
pero de una economía al servicio de la vida. “Esta visión aporta un enfoque de
red que asume el contexto como referencia, la incertidumbre y la inestabilidad
como premisas, la interacción como clave, la solidaridad como principio y la
ética como garante de la sostenibilidad de todos los modos de vida” (Souza,
Ibíd.., p.26) Así, los que no quieren
firmar no es que no estén informados, sino que lo que buscan es un mundo
diferente al que se quiere patentar con el mercado. Ese mundo no está por
construir, existe entre los pobres y las pobres pero de manera borrosa y
parcial.
Conclusión
q
Primera,
la cuestión del TLC lo que nos presenta es la confrontación entre visiones y
prácticas de mundo. De ahí que esto no se resuelva con información ni con conocimientos.
q
Segundo,
la mirada sobre el TLC tiene que ser más amplía que la se presenta. Tenemos que
preguntarnos por la globalización, por el liberalismo, por sus efectos, sus
ciencias para descubrir que no hay distinción entre firmar y no firmar.
q
Tercero,
una de las cegueras del TLC es la división de la realidad por parcelas. La
realidad está interrelacionada por lo que la relación causa-efecto no nos
permite ver las dimensiones ni las consecuencias que tiene el hecho de firmar.
q
Cuarto,
además de que el TLC es un asunto de ricos para ricos, es apoyado por quienes
no son ricos. Para entender este fenómeno necesitamos construir marcos de
interpretación y de acción que vayan más allá del Liberalismo y del Marxismo.
Bibliografía
Freddy Javier Álvarez et al.., (2005) El arte de
cambiar las personas que cambian las cosas, Quito, Ed. Silva
Michel Foucault (2004) Naissance
de la bio politique, cours du College de France 1978-1979, Paris,
Gallimard, Seuil
Michel Foucault (1976) Histoire
de la Sexualité, la volonté de savoir, Paris
editions Gallimard
Michel Foucault (2001) Dit et
Ecrits, tome I Paris, Edt Gallimard
Jacques Poulain (2003) L. Homme, Paris
Harmattan
Jean Francois Lyotard (1991) Moralités
Posmodernes, Paris, ed. Galileé
Slavoj Zizek (2000) Mirando el sesgo, una introducción
Jacques Lacan a través de la cultura popular, Buenos Aires, Paidos
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