ENCUENTRO DE CULTURAS: EL PROBLEMA DEL UNIVERSAL
Preliminares
Existen dos tipos de encuentro singular y que me llaman la atención:
Ir tras algo creer que lo habíamos encontrado y en realidad, encontrar a otro totalmente diferente: Conocer para comprender o comprender para conocer -Llegar a América y estar seguro que se llego a la india, haberse encontrado con el paraíso-.
El segundo tipo de encuentro es el que supone que la apertura con alguien ocurre en una constante apertura, cuando en realidad se hace bajo la exclusión. No por abrirnos dejamos de excluir. Tres mundos se encuentran: América, Europa y Asia. Al mismo tiempo el punto de intercesión convierte obligadamente a los musulmanes después de hacerles la guerra por ocho siglos y expulsa a los judíos.
Al respecto podemos decir: Abrirse no es abrirse y
dialogar no estar abierto al dialogo. De hecho, el dialogo con los otros
podemos creer que es un asunto de razón comunicacional, -al estilo de Habermas-
enmarcado en el sueño de Comte: el mundo lo podemos imaginar con sus
universidades en el norte, sus fabricas en asía y sus fiestas en el África y
América.
1. El universalismo, un modo de apoderamiento
Existen algunas posturas que podemos llamar tradicionales las cuales muestran un tipo de universalismo:
Una primera postura concierne a una universalidad en una sola dirección: El punto universal se encuentra dentro y no afuera. El dialogo se hace desde un lugar justificado. Ese lugar es imperial siguiendo el viejo concepto heredado por Roma Sacrum Imperium Romanum Germanicum. En realidad esta postura ha sido típica en Occidente. Occidente cambia con los nuevos descubrimientos pero la nueva concepción del mundo sigue haciendo parte de la cultura de expansión. Esta postura contiene dos trampas.
La primera trampa es hacer como si se tratara de un asunto exclusivamente ético. Esta postura contiene un discurso académico, ilustrado visible pero una intencionalidad material. Sigue los rasgos antiguos de la tradición. En realidad lo que nos interesa es que los otros sean clientes de nuestras tiendas, de nuestras universidades, de nuestra moda, gustos y placeres. Colon escribe en su diario el 13 de octubre de 1942: “Yo estaba atento y trabajaba de saber si había oro, y vi que algunos traían un pedazuelo colgado en un agujero que tienen a la nariz” Christian Duquoc pensaba que la evangelización hubiera sino imposible si en América no hubiese oro. Las empresas más espirituales resultan ser económicas.
La segunda trampa es la ubicación del universal. Esta en mí? Esta en el otro? Dónde se encuentra lo universal? Entre la otra cultura y nuestra cultura? En nuestra cultura? En la cultura del otro? No es raro que la universalidad haga parte de quien más tiene deseos construir la universalidad. salvación y descubrimos que los verdaderos santos están fuera de ella. Podemos seguir en el axioma de San Cipriano, pensando en un solo mercado, un solo orden mundial, un solo mercado, etc.
Una segunda postura es la que se construye a partir de la dialéctica, Así, lo universal es un encuentro de singularidades las cuales después de un proceso de negación y de negación de la negación se encuentran en una totalidad realizada por el movimiento de espíritu. Luego, por un lado esta la Europa de las guerras atroces y por otro lado la Europa de la democracia, de la tolerancia, del estado-nación, de los derechos humanos. Valía la pena todo, diremos de modo cínico. La universalidad es buena de por si a partir de la violencia. Los medios de la violencia, la guerra, el engaño pueden ser valiosos con tan de conseguir un buen fin: GULAG, kosovo, Irak.
La pregunta que se desprende es desde
donde se hace esta pregunta y no a partir de que. Es la pregunta del quienes
por encima del que pues no es un asunto ontológico sino epistemológico y
fenomenológico. Así, qué significa un mundo que cambia el arte de la guerra por
el ejercicio de la destrucción, que ya relativiza la muerte con la cifra de los
muertos? Europa fue una máquina de guerra endemoniada: 1480-1500 9 guerras,
S.XVI 87 guerras, XVII 239 guerras, XVIII 781 guerras, XIX 651 guerras,
1900-1940 892. No obstante, la dialéctica tiene sus frutos. De allí nos viene
el sigo de las luces auklerung, y la edad de la razón. La ironía de la
dialéctica esta en llegar a creer que el antisemitismo requirió del holocausto
nazi, o que las guerras son buenas porque son la ocasión de heroísmo.
Una tercera postura es un universal desde creencias religiosas o metafísicas que no son explicitadas o de las que no hablamos. Por ejemplo, podemos creer que es mejor dialogar que no hacerlo. Estamos convencidos que ya no es posible un mundo unicolor, que debemos buscar un mundo multicolor , el unitas múltiplex pero no imaginamos que sea posible varios mundos dentro del mundo. Así, seguimos reproduciendo dentro de la cultura los theleogumenos: nuestra cultura es la única verdadera, la sola vía de salvación. En otras palabras, mientras haya una sola verdad todos los demás están equivocados, o mientras haya aparthéis religiosos, superioridades religiosas, culturocentrismo, habrá exclusión del otro. Por consiguiente en el universal tenemos que preguntar con las creencias vamos, creencias en la vida, en la política, en la religión. El ir por el mundo entero, de marcos muchos lo entendieron como una agencia de viajes.
El cuarto universal es el que
dilucida el concepto de hombre que hay en medio. Al respecto Panikkar decía: “El
hombre africano se siente una encarnación de lo humano, una encarnación
concreta expresándose sobre el nombre de muchas religiones y tribus que se
llaman simplemente hombre. El hombre chino se cree superior y el no piensa que
su modelo sea universalizable. El hombre hindu no se considera la imagen del
hombre ni el hombre superior. Él se siente ser más bien un elemento especial de
la aventura cósmica. El hombre europeo, por el contrario, cree representar la
humanidad”. No se puede ser universal cuando consideramos que nuestra
ciencia, nuestra técnica, la educación, el arte, las ideas, los derechos
humanos son los universales. Protagoras, Platón, Kant nos ofrecen tantos
ejemplos sobre la universalidad de la verdad.
Un primer elemento que debemos
introducir es el de la irregularidad. El mundo lo hemos figurado con la geometría de Euclides
que es una geometría de las regularidades. Pero las nubes no son esferas, las
montañas no son conos, y los ríos no son líneas rectas. Las culturas no son
folclor, el arte del otro no es pura artesanía, las interpretaciones no son
fruto de la razón. En realidad no
tenemos medida para la irregularidad ni razón para la diferencia y la
alteridad. (el inmenso problema con la quinta meditación de Husserl y la
definición del alter ego como otro yo)
Segundo elemento pasar de la realidad a lo real: Toda pintura es una teoría de la realidad, con la estructura del pintor, sus observaciones, sus métodos, sus colores. Lo real es complejo y el número de elementos para comprenderlo no lo es. No se trata simplemente de ampliar los métodos sin de pensarlos para cambiarlos.
Tercer elemento, volver a lo
singular, no como sumatoria sino como self similaridad. Dentro de la geometría
fractal, los motivos se repiten en sus condiciones iniciales. Self-similar. Los detalles de lo grande se
repiten en lo pequeño. No se sigue la lógica de la Aristóteles: La suma de
las partes es igual al todo. Pensamos en Pascal: “Todas las cosas son
mediatas e inmediatas. Toda causa es causada y todo efecto es efectuante”
Una piedra es tan complicada como una cordillera. En cierta medida, lo que
prevalecen son procesos no lineales. Lo que existe es infracción, ruptura,
crisis dentro de la anterior mirada cosmológica, por un lado, y por otro otra
perspectiva en relación con el mundo y la relación con los otros.
Un cuarto elemento, construir
universalidades sin totalidad.
En el siglo XVII el mundo fue concebido como un reloj, sin espesor,
profundidad, casual, determinista. La metáfora de la ciencia es: el mundo es un
gran reloj y dios es el relojero. Lo que debemos buscar son los mecanismos.
Pero esto solo tiene significado para el Dios que lo creo y para los que tienen
necesidad de ver la hora. El conocimiento era sumisión. Se trata de crear
sumisión allí donde había espontaneidad. Luego, el conocimiento implica la
existencia de un mundo sometido. Creemos que podemos someter el mundo a
nuestros propios fines sometiendo a las leyes que lo determinan. Sin embargo
para prever un acto se necesita conocer la totalidad de los acontecimientos. Ya
no es posible el sueño hegeliano del Shoene Totalitat. Este orden absoluto y equilibrio son igual a
la muerte. El perfecto equilibrio es al muerte, afirma Wagensberg.
Estos cuatro elementos los relacionamos con cuatro principios tomados de Leibniz en la Monadología y que le llevaron a las siguientes afirmaciones: “ el mundo no es integralmente viviente pero hay de la vida por todas partes, no hay una sola vida pero hay vida por todas partes, no hay una superficie compacta, hay una linea que pasa por todas partes” Estas formas pueden ser representativas de la nueva universalidad. Para él, había sustancias simples y sustancias compuestas como un agregatum de sustancias simples.
Para leibniz existen cuatro principios claves.
Principio de identidad. Es la ratio essendi, o la razón de ser basada en el principio de identidad. A es igual a A.
Principio de razón suficiente: Es la ratio existendi que es la razón suficiente de existir. Todos los acontecimientos están contenidos en la noción de cosa. No es sola la esencia. Cada individuo expresa el mundo, de otras maneras, con otras economías, políticas etc. El acontecimiento está contenido en la noción de cosa a la manera de proposiciones analíticas. A es igual a B. El individuo es un cosmos.
Principio de los indiscernibles, todo implica un análisis infinito, la causalidad vive sobrepasada pues a conduce a b y b a c y así sucesivamente. Esta es la ratio cognoscendi. Leibniz considera que la reciprocidad corresponde a un concepto y esta reciprocidad esta lejos de Aristoteles pues para él, solo existen los opuestos: contradictorio, contrario y subalterno. Un grito de alarma es diferente a un grito de hambre y a una canción. Toda explicación es un intento de armonizar. Liebniz dice que la reciprocidad se establece es la medida que por todo concepto hay una cosa y solo una cosa. No hay cosas idénticas sino diferencias conceptuales si no hay diferencias conceptuales es porque no hemos conocido las cosas. La única diferencia es conceptual.
Principio de continuidad. Existen diferencias numéricas
y diferencias de movimiento pero estas no son importantes. Las figuras y la
extensión son fuerzas y la fuerza no es un movimiento sino que es la razón del
movimiento. Así el reposo no es el no movimiento sino lo infinitamente pequeño del
movimiento. Una singularidad se prolonga
hasta la vecindad de otra singularidad. El principio de continuidad no es de
oposición, y se relaciona con la ratio fiendi o de devenir. Las cosas
proceden por diferencias evanescentes, con diferencias infinitamente pequeñas y
con diferencias in-asignables. En realidad, cada noción individual expresa el
mundo entero.
3. La universalidad del pliegue y la
auto-afirmación que ya no puede ser universal
La self similaridad se relaciona con aquello que Gautari llamo la auto-afirmación. Un diálogo que permite al otro auto-afirmarse. Hay cosas totalmente nuevas. Y así afirmar un mundo con leyes diferentes. El auto-afirmarse es la condición para abrirse.
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