ENCUENTRO DE CULTURAS: EL PROBLEMA DEL UNIVERSAL

Preliminares

     La universalidad puede ser pensada con la alegoría del encuentro. Aquello que se encuentra tiene varias razones para hacerlo y tiene muchas maneras de argumentarlo o de darle sentido. Existen razones de mercado, de paz, de política, de estrategia. Podemos creer que nos encontramos porque nos interesa, porque es clave, por curiosidad, porque puede se rentable, etc.

     Los encuentros tiene alguna formas de darse. Decidimos encontrarnos. Nos encontrarnos por casualidad. Decidimos encontrar a alguien porque nos interesa sin que esta persona nos interese. Nos encontramos porque alguien quizo encontrarnos. Obligamos a alguien a que se encuentre con nosotros –por un juicio-. No siempre los encuentros se acuerdan por una especie de armonía o de consentimiento mutuo.

Existen dos tipos de encuentro singular y que me llaman la atención:

Ir tras algo creer que lo habíamos encontrado  y en realidad, encontrar a otro totalmente diferente: Conocer para comprender o comprender para conocer -Llegar a América y estar seguro que se llego a la india, haberse encontrado con el paraíso-.

El segundo tipo de encuentro es el que supone que la apertura con alguien ocurre en una constante apertura, cuando en realidad se hace bajo la exclusión. No por abrirnos dejamos de excluir. Tres mundos se encuentran: América, Europa y Asia. Al mismo tiempo el punto de intercesión convierte obligadamente a los musulmanes después de hacerles la guerra por ocho siglos y expulsa a los judíos.

Al respecto podemos decir: Abrirse no es abrirse y dialogar no estar abierto al dialogo. De hecho, el dialogo con los otros podemos creer que es un asunto de razón comunicacional, -al estilo de Habermas- enmarcado en el sueño de Comte: el mundo lo podemos imaginar con sus universidades en el norte, sus fabricas en asía y sus fiestas en el África y América.

     En efecto, es difícil dialogar sin cambiar la representación del mundo. Se puede dialogar y cambiar la representación del mundo. Pero se puede cambiar la representación del mundo sin que existan cambios importantes a partir del encuentro con los otros y las otras. De hecho, podemos defender los derechos de los otros sin que reconozcamos la cultura de los otros.

     En esta reflexión pretende tocar el tema de la universalidad a partir de Raimon Panikkar, yéndome después al singular de Leibniz y terminando en la propuesta de los pliegues de Deleuze.

 

1. El universalismo, un modo de apoderamiento

    Existen algunas posturas que podemos llamar tradicionales las cuales muestran un tipo de universalismo:

Una primera postura concierne a una universalidad en una sola dirección: El punto universal se encuentra dentro y no afuera. El dialogo se hace desde un lugar justificado.  Ese lugar es imperial siguiendo el viejo concepto heredado por Roma Sacrum Imperium Romanum Germanicum. En realidad esta postura ha sido típica en Occidente. Occidente cambia con los nuevos descubrimientos pero la nueva concepción del mundo sigue haciendo parte de la cultura de expansión. Esta postura contiene dos trampas.

La primera trampa es hacer como si se tratara de un asunto exclusivamente ético. Esta postura contiene un discurso académico, ilustrado visible pero una intencionalidad material. Sigue los rasgos antiguos de la tradición. En realidad lo que nos interesa es que los otros sean clientes de nuestras tiendas, de nuestras universidades, de nuestra moda, gustos y placeres. Colon escribe en su diario el 13 de octubre de 1942: “Yo estaba atento y trabajaba de saber si había oro, y vi que algunos traían un pedazuelo colgado en un agujero que tienen a la nariz” Christian Duquoc pensaba que la evangelización hubiera sino imposible si en América no hubiese oro. Las empresas más espirituales resultan ser económicas.

La segunda trampa es la ubicación del universal. Esta en mí? Esta en el otro? Dónde se encuentra lo universal? Entre la otra cultura y nuestra cultura? En nuestra cultura? En la cultura del otro? No es raro que la universalidad haga parte de quien más tiene deseos construir la universalidad. salvación y descubrimos que los verdaderos santos están fuera de ella. Podemos seguir en el axioma de San Cipriano, pensando en un solo mercado, un solo orden mundial, un solo mercado, etc.

Una segunda postura es la que se construye a partir de la dialéctica, Así, lo universal es un encuentro de singularidades las cuales después de un proceso de negación y de negación de la negación se encuentran en una totalidad realizada por el movimiento de espíritu. Luego, por un lado esta la Europa de las guerras atroces y por otro lado la Europa de la democracia, de la tolerancia, del estado-nación, de los derechos humanos. Valía la pena todo, diremos de modo cínico. La universalidad es buena de por si a partir de la violencia. Los medios de la violencia, la guerra, el engaño pueden ser valiosos con tan de conseguir un buen fin: GULAG, kosovo, Irak.

La pregunta que se desprende es desde donde se hace esta pregunta y no a partir de que. Es la pregunta del quienes por encima del que pues no es un asunto ontológico sino epistemológico y fenomenológico. Así, qué significa un mundo que cambia el arte de la guerra por el ejercicio de la destrucción, que ya relativiza la muerte con la cifra de los muertos? Europa fue una máquina de guerra endemoniada: 1480-1500 9 guerras, S.XVI 87 guerras, XVII 239 guerras, XVIII 781 guerras, XIX 651 guerras, 1900-1940 892. No obstante, la dialéctica tiene sus frutos. De allí nos viene el sigo de las luces auklerung, y la edad de la razón. La ironía de la dialéctica esta en llegar a creer que el antisemitismo requirió del holocausto nazi, o que las guerras son buenas porque son la ocasión de heroísmo.

     Entonces, el problema no es solo definir la universalidad sino definir desde donde decimos lo que decimos. Cuál es el lugar de nuestra reflexión? El saber no siempre es solo un lugar socio-económico, también es un lugar cultural, político, religioso, ético. No somos independientes del espacio y del tiempo. Esto hace parte de mi. La universalidad del dialogo no tiene que ver solo con la inteligencia o con la buena voluntad de los participantes. En otras palabras, se puede dialogar con el otro dentro de un sistema intrínsecamente injusto.

Una tercera postura es un universal desde creencias religiosas o metafísicas que no son explicitadas o de las que no hablamos.  Por ejemplo, podemos creer que es mejor dialogar que no hacerlo. Estamos convencidos que ya no es posible un mundo unicolor, que debemos buscar un mundo multicolor , el unitas múltiplex pero no imaginamos que sea posible varios mundos dentro del mundo. Así, seguimos reproduciendo dentro de la cultura los theleogumenos: nuestra cultura es la única verdadera, la sola vía de salvación. En otras palabras, mientras haya una sola verdad todos los demás están equivocados, o mientras haya aparthéis religiosos, superioridades religiosas, culturocentrismo, habrá exclusión del otro. Por consiguiente en el universal tenemos que preguntar con las creencias vamos, creencias en la vida, en la política, en la religión. El ir por el mundo entero, de marcos muchos lo entendieron como una agencia de viajes.

El cuarto universal es el que dilucida el concepto de hombre que hay en medio. Al respecto Panikkar decía: “El hombre africano se siente una encarnación de lo humano, una encarnación concreta expresándose sobre el nombre de muchas religiones y tribus que se llaman simplemente hombre. El hombre chino se cree superior y el no piensa que su modelo sea universalizable. El hombre hindu no se considera la imagen del hombre ni el hombre superior. Él se siente ser más bien un elemento especial de la aventura cósmica. El hombre europeo, por el contrario, cree representar la humanidad”. No se puede ser universal cuando consideramos que nuestra ciencia, nuestra técnica, la educación, el arte, las ideas, los derechos humanos son los universales. Protagoras, Platón, Kant nos ofrecen tantos ejemplos sobre la universalidad de la verdad.

     Frente a este tipo de universalidad, la interrogación dentro de lo cósmico resulta poco convincente. El síndrome de los vencedores olvida la solidaridad con todo le mundo. En breve, no podemos hacer como si tuviéramos un modelo universalizable. Dialogar si, accidentalizar el mundo, no. Abrirnos es estar abierto. El desafío esta, primero, en pensar otro tipo de universalidad. Cuál puede ser?

 

 3. Hacia una universalidad irregular, impredecible.

 Algunos elementos que propongo son los siguientes:

Un primer elemento que debemos introducir es el de la irregularidad. El mundo lo hemos figurado con la geometría de Euclides que es una geometría de las regularidades. Pero las nubes no son esferas, las montañas no son conos, y los ríos no son líneas rectas. Las culturas no son folclor, el arte del otro no es pura artesanía, las interpretaciones no son fruto de la razón. En realidad  no tenemos medida para la irregularidad ni razón para la diferencia y la alteridad. (el inmenso problema con la quinta meditación de Husserl y la definición del alter ego como otro yo)

     Para poder acercarnos a los otros nos podemos hacerlo con el orden establecido. Necesitamos descubrir lo irregular, lo fractal. –Mandelbrot- Es un asunto que escapa a lo racional pero no es mítico. Sale de la geometría euclidiana pero no deja de ser geométrico. En realidad, no habrá chance de llegar a una nueva universalidad sin salir de la manipulación de la razón. –yo hago esto por ser racional-

Segundo elemento pasar de la realidad a lo real: Toda pintura es una teoría de la realidad, con la estructura del pintor, sus observaciones, sus métodos, sus colores. Lo real es complejo y el número de elementos para comprenderlo no lo es. No se trata simplemente de ampliar los métodos sin de pensarlos para cambiarlos.

Tercer elemento, volver a lo singular, no como sumatoria sino como self similaridad. Dentro de la geometría fractal, los motivos se repiten en sus condiciones iniciales.  Self-similar. Los detalles de lo grande se repiten en lo pequeño. No se sigue la lógica de la Aristóteles: La suma de las partes es igual al todo. Pensamos en Pascal: “Todas las cosas son mediatas e inmediatas. Toda causa es causada y todo efecto es efectuante” Una piedra es tan complicada como una cordillera. En cierta medida, lo que prevalecen son procesos no lineales. Lo que existe es infracción, ruptura, crisis dentro de la anterior mirada cosmológica, por un lado, y por otro otra perspectiva en relación con el mundo y la relación con los otros.

     El nuevo tipo de universalidad no pertenece al orden sino a lo irregular y a lo irregular de lo singular. Esta dimension fractal esta dada en terminos caóticos pero no como lo catastrófico sino como lo imprevisible de Lorenz o de poincare.

 

Un cuarto elemento, construir universalidades sin totalidad. En el siglo XVII el mundo fue concebido como un reloj, sin espesor, profundidad, casual, determinista. La metáfora de la ciencia es: el mundo es un gran reloj y dios es el relojero. Lo que debemos buscar son los mecanismos. Pero esto solo tiene significado para el Dios que lo creo y para los que tienen necesidad de ver la hora. El conocimiento era sumisión. Se trata de crear sumisión allí donde había espontaneidad. Luego, el conocimiento implica la existencia de un mundo sometido. Creemos que podemos someter el mundo a nuestros propios fines sometiendo a las leyes que lo determinan. Sin embargo para prever un acto se necesita conocer la totalidad de los acontecimientos. Ya no es posible el sueño hegeliano del Shoene Totalitat.  Este orden absoluto y equilibrio son igual a la muerte. El perfecto equilibrio es al muerte, afirma Wagensberg. 

     De hecho Deleuze pensó que el problema de lo mecánico no es la artificialidad sino que no es suficientemente artificial, es decir, pensado.

    Estos cuatro elementos los relacionamos con cuatro principios tomados de Leibniz en la Monadología y que le  llevaron a las siguientes afirmaciones: “ el mundo no es integralmente viviente pero hay de la vida por todas partes, no hay una sola vida pero hay vida por todas partes, no hay una superficie compacta, hay una linea que pasa por todas partes” Estas formas pueden ser representativas de la nueva universalidad. Para él, había sustancias simples y sustancias compuestas como un agregatum de sustancias simples.

     Esta concepción plural de la vida no puede ingresar en los parámetros de previsibilidad. Desde el punto de vista cósmico estamos determinados por la misma causalidad, pero con los seres humanos para conocer el acto mínimo tenemos que conocer la totalidad pero esto no es posible. La mínima imperfección impide que conozcamos de manera segura. Hay un corte entre el conocimiento finito y el mundo infinito lo cual no permite la predicción, el conocimiento infinito que prevee y el conocimiento finito que es indeterminado.

 

Para leibniz existen cuatro principios claves.

Principio de identidad. Es la ratio essendi, o la razón de ser basada en el principio de identidad. A es igual a A.

Principio de razón suficiente: Es la ratio existendi que es la razón suficiente de existir. Todos los acontecimientos están contenidos en la noción de cosa. No es sola la esencia. Cada individuo expresa el mundo, de otras maneras, con otras economías, políticas etc. El acontecimiento está contenido en la noción de cosa a la manera de proposiciones analíticas. A es igual a B. El individuo es un cosmos.

Principio de los indiscernibles, todo implica un análisis infinito, la causalidad vive sobrepasada pues a conduce a b y b a c y así sucesivamente. Esta es la ratio cognoscendi. Leibniz  considera que la reciprocidad corresponde a un concepto y esta reciprocidad esta lejos de Aristoteles pues para él, solo existen los opuestos: contradictorio, contrario y subalterno. Un grito de alarma es diferente a un grito de hambre y a una canción. Toda explicación es un intento de armonizar. Liebniz dice que la reciprocidad se establece es la medida que por todo concepto hay una cosa y solo una cosa. No hay cosas idénticas sino diferencias conceptuales si no hay diferencias conceptuales es porque no hemos conocido las cosas. La única diferencia es conceptual.

Principio de continuidad. Existen diferencias numéricas y diferencias de movimiento pero estas no son importantes. Las figuras y la extensión son fuerzas y la fuerza no es un movimiento sino que es la razón del movimiento. Así el reposo no es el no movimiento sino lo infinitamente pequeño del movimiento.  Una singularidad se prolonga hasta la vecindad de otra singularidad. El principio de continuidad no es de oposición, y se relaciona con la ratio fiendi o de devenir. Las cosas proceden por diferencias evanescentes, con diferencias infinitamente pequeñas y con diferencias in-asignables. En realidad, cada noción individual expresa el mundo entero.

 De los cuatro principios dos consecuencias se desprenden:

     Primero: Leibniz dice que dios no crea a Adán pecador. Dios crea el mundo en el que Adán puede ser pecador. No es posible pensar un mundo con determinismos.

     Segundo, el mundo solo existe en las nociones individuales  que lo expresan, el mundo no existe en si, existe en las nociones individuales que expresan el mundo. Así, la única universalidad solo puede ser posible desde y en los singulares.

 

 

3. La universalidad del pliegue y la auto-afirmación que ya no puede ser universal

 

     Por último y a manera de conclusión, pienso que la universalidad posible es la universalidad del pliegue.

     Podemos explorar los diferentes modelos de diversidad a manera de plegar y desplegar, una y otra vez, ir a lo otro como self similiaridad, desplegando y encontrándonos con otras humanidades, otros pliegos para desplegar, en una tarea hacia el infinito, como la pregunta que lleva a otra pregunta y esta a otra. Ir de una forma a otras formas y ver sus diferentes tipos de cambio como el juego que se establece entre el ave y la oruga que se modifica para no ser comida y el ave que se modifica para poder responder a la modificación de la oruga. Por tal motivo necesitamos ir mas allá de nuestros propios esfuerzos. Ir evolutivamente.

     Los pliegues se articulan y se conectan. Ese es la tarea continua, pensar lo que debemos hacer en el mundo. Este ejercicio se parece al de la memoria –situándonos de otra manera en el recuerdo Bergson- un olor, una imagen nos llevan a otros modos hasta situaciones que no hemos visto-

    La self similaridad se relaciona con aquello que Gautari llamo la auto-afirmación. Un diálogo que permite al otro auto-afirmarse. Hay cosas totalmente nuevas. Y así afirmar un mundo con leyes diferentes. El auto-afirmarse es la condición para abrirse.

     Una universalidad del pliegue es una universalidad sin centro con inflexiones sinseparables de una variación infinita, turbulenta porque sus inflexiones se abren a fluctuaciones. El objeto se transforma porque el sujeto se transforma y viceversa. Lo singular es lo continuo aunque no sea contiguo. La curvatura pierde todo pierde todo centro y el imposible e insoportable que el punto de vista sustituya al centro defallante. El mundo no es más que una virtualidad que no existe actualmente que en el alma que envuelve. Pero el mundo sigue siendo lo infinitamente infinito y nuestros puntos de vista los infinitamente finitos. Cada mundo expresa el mundo entero.

     El breve, el pensamiento del universal no es un atributo es un predicado de lo singular que vive en un incesante pasaje de un pensamiento a otro. Lo diferente no esta separado ni es separable y aquello que es inseparable no puede ser diferente, no puede ser otro.


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