Los invito a pensar
el desafió de la generación de conocimientos para la Educación Superior desde
un gesto. No se trata de una metáfora, tampoco de una analogía. En el cuento de
Caperucita Roja quiero, a través de la Ironía Socrática, hacer la reflexión
sobre el pensamiento analítico vs. pensamiento complejo.
Por qué Caperucita Roja y no blanca o negra
o verde. Si fuese blanca no se entendería porque ella no obedece a su madre y
las blancas o blancos siempre han sido muy obedientes en la civilización. Los
colores no son ajenos a los valores. Si el vestido fuera negro no sería tan
inocente, quizás puede pertenecer a alguna secta satánica, por lo que no le
interesaría visitar a la abuelita y
hasta el lobo sería el que corre peligro, en tal caso. Luego, el rojo no es
casualidad, es festivo, ya hace parte de la inocencia de la niñez. Así, si
alguien dijese que imagino a una caperucita verde inmediatamente podemos
decirle que está mintiendo pues todas las caperucitas son rojas. Es como el
profesor que dice en la clase desde su pensamiento deductivo: todos los cuervos
son negros y un niño le dice: profesor yo vi un cuervo blanco y el profesor le
hace perder el año pues cree que le esta tomando el pelo ya que difícilmente
los cuervos se tiñen el plumaje.
La madre le envía a visitar a su abuelita
enferma, pero con una recomendación clara y estricta: no vaya por el bosque, no
se detenga a mirar las flores. En realidad, no se puede perder el tiempo. No
hay chance para el juego. Se tiene que ser preciso. Ir a lo que se tiene que
ir. Ir por el camino más rápido sin correr riesgos, sin saludar a extraños,
acompañados sólo de su intimidad. Una orden para personas obedientes y
culpables por no serlo. La madre le interesa la eficacia de Caperucita y más
cuando cree que si no se es eficaz está en peligro la vida misma. La madre cree
saber de los peligros. Ella conoce del bien de sus hijos lo mismo que las
Iglesias, las teorías, el Estado y las universidades saben qué es lo mejor para
nosotros.
La madre sitúa los problemas en esquemas
mentales. Lo real es percibido desde una determinada percepción y dicha
percepción es más real que la realidad. Tener que irse por el atajo es una
cuestión de racionalidad y no hacerlo es no ser razonable, por consiguiente,
irracional. Solo hay una chance, ser racional o irracional y la racionalidad
tiene que ver con la obediencia. En realidad, todos los problemas, científicos,
religiosos, psicológicos, etc... están situados dentro de esquemas mentales. El
problema aparentemente es una realidad. Sin embargo, el problema más grande es
la caída en los esquemas mentales que culpabilizan a otros. O no creen ustedes
que la madre es una pervertida por enviar la niña sola sabiendo que había tal
peligro? Aunque no se tiene certeza absoluta de lo que puede ocurrir tampoco
podemos lanzar a los estudiantes sin importarnos los efectos de los modelos
mentales y de los pensamientos, las teorías, los métodos y las acciones.
No podemos evitar imaginar que el
pensamiento puede querer detenerse y no por un acto que tiene que ver con el
deseo lacaniano que aparece en la prohibición, sino por querer observar,
detenerse, mirar lo que hay a su alrededor, por qué se tiene que ser tan
pragmático? Por qué no perderse sin porques? La cultura de los resultados y de las objetividades deja de lado las
subjetividades, el ocio, le juego, la imaginación. El tener que ser alguien no
tiene en cuenta nuestro deseo por no ser nadie. Por qué siempre resultados? Por
qué dar razón de nuestros triunfos? No ven que nos han convertido en personas
acostumbradas a esconder nuestros fracasos? Una sociedad que nos exige tener
resultados nos acostumbra a mentirnos y a mentir, es especial a nosotros los
hombres.
Tener que ir a un lugar prefijado, en el
menor tiempo posible, sin poder contemplar las mariposas, los sapos, las
piedras y los colores de las hojas de los árboles. El cuerpo, el mundo, las
ideas, todo nos arranca de la poesía, de la posibilidad de contemplación. Ser
eficaces, pertinentes, relevantes, y de calidad, qué tortura la educación. El
arte es también una escuela de la vida y quizás, como lo dijera el filósofo
Alemán Federico Nietzsche, mucho más vital que la razón.
Ir por el atajo sin detenerse, sin
discontinuidades, sin sorpresas, sin imprevistos. Es acaso la vida así, como la
pretendemos en la educación. No es acaso más significativo el imprevisto que la
planeación, sin embargo porque seguimos creyendo que las cosas más importantes
son las que se planean? Por qué no pastorear mariposas en lugar de pastorear
ovejas?
Pero, porque no es obediente Caperucita
Roja? Entonces, aparece el sociólogo que con ceño fruncido opina: es problema
de que su padre migró a España en tiempos de la dolarización y pues con tanto
postmodernismo y Foucault, las leyes están vinculadas al poder y lo mejor es
irnos en contra para lograr ser nosotros mismos. Y por tanto, diría una psicóloga, la ley no
se hizo presente y comenzó a tener síntomas patológicos de pandillera? O su
madre era una persona asfixiante contra la que había que ir en contra
simplemente para afirmar el yo? O es acaso que el bosque era más seguro?, pensaría
el experto en seguridad, o Caperucita Roja tenía más vocación de artista que de
corredora de bolsa?, o tal vez había un problema neurobiológico que impedía la
comprensión completa de las palabras, un tipo de dislexia?, o de pronto al
salir vio unas nubes y pensó que si llovía podía estar mas amparada en el
bosque? Todas las disyunciones que se nos ocurran vienen de las ciencias,
especializaciones, pseudociencias y hasta de los sentidos comunes. Lo único que
los une es el o. Los argumentos de la pluridisciplinar nos evitan la
condena rápida de un tipo de moral. Volver sobre la historia de las ciencias no
para ver sus bifurcaciones, sus catástrofes y accidentes.
Tantas preguntas por un hecho que puede
parecer tan banal. Lo cierto es que ni siquiera el conocimiento científico es
fiel reflejo de la realidad. Todos los datos, climatológicos, psicológicos,
neurobiológicos, políticos, sociales,
geográficos y éticos, nos acercan, pero no son la realidad. Ellos nos
vienen desarticulados, reducidos, insulares. No hay nada que evite la deriva.
Las acciones van más allá de las intenciones. Lo que escucho lo colocó dentro
de una teoría y esté dentro de una idea y
digo: mi madre es una cargosa.
Uno puede que no entienda por qué la gente
se nos resiste. Qué le pasa a Caperucita Roja, por que no obedece cuando
debería suceder de acuerdo a lo que imaginamos desde nuestras disciplinas.
Además nos pagan para que digamos todo aquello que puede ocurrir. Es que acaso,
los que saben en las universidades, los economistas, abogados, políticos,
sociólogos son personas que si obedecen a la sociedad y a la vida?
Esas formas de delirio que se oponen a la
incoherencia se encuentran dentro de la racionalización que emana de
estructuras lógicas idénticas. Queremos entenderlo todo desde esquemas de ideas
coherentes. Cómo puede ser tan tonta Caperucita Roja? Si lo que tenía que pasar
era otra cosa.
Continuado con la historia: el lobo feroz
al percatarse de que Caperucita iba por el bosque, se adelanta, él sí, por el
atajo, entra velozmente en la casa de la abuelita y se mete totalmente
disfrazado en la cama, después de comerse a la viejita, plato que debió no ser
tan suculento pues no calmó el hambre de tan malvado animal. Es que la realidad
no es lineal, los operadores son transversales como el mismo leñador que pasaba
por ahí, y se percata del banquete al que no ha sido invitado. Mientras
Caperucita, sin ser adiestrada por su madre, se fija más en los elementos de la
naturaleza, el lobo se sirve de lo micro de lo macro, saca ventaja de ellos, se
acompaña de lo que Joel Rosnay llama el Macroscopio. El hace simulación de la
abuela, de la bondad, del tiempo que le toma a la curiosa e ingenua niña llegar
a la casa de su abuelita. Él puede combinar la precisión de los detalles y la
percepción global. Mientras el uno es independiente de la duración el otro la
integra.
La historia no se
válida por la comprobación de los hechos en las manos de una teoría. El lobo si
puede estar en el bosque. Pero y que tal si a Caperucita no le interesa que se
la coma el lobo, es más, ella aspira a ser comida. Los hechos son validos por comparación
del funcionamiento delineado con la realidad. En realidad, no podemos dejar de
lado la analítica para las teorías, pero necesitamos el pensamiento sistémico
para la acción, un pensamiento que bosqueje lo que las ciencias han dejado de
lado: una teoría del sujeto y quizás, la vida misma.
Cuáles son los saberes previstos e
imprevistos?
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Una
madre que cree que por decir ya debe ser hecho.
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Un
lobo que se confía y no cuenta con que el leñador va a pasar muy cerca.
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Una
caperucita que deja de lado la utilidad por la contemplación.
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Un
saber ecológico para evitar la muerte del lobo.
*
Una
historia que no termina necesariamente en Happy End
Quizás el saber que más nos puede servir,
es sobre el sujeto, un saber que vaya más allá de lo utilitario; un saber
hospitalario; un saber astuto del lobo que logra prever algunas cosas; la
actitud de un leñador que resuelve la urgencia de la vida; un saber que prueba otros caminos y no nos
obliga a ser comidos por no ser utilitarios o a ser utilitarios perdiéndonos de
admirar lo que es el mundo.
Aprender, todos estamos de acuerdo en
aprender. Pero la generación de conocimientos es importante solo cuando
admitimos que no hay aprender sin antes haber desaprendido.
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