ES POSIBLE UNA EDUCACION INDIGENA? INICIO DE UNA APUESTA
- Sentido
de la pregunta
¿Por qué esta pregunta? Esta pregunta es un
cuestionamiento que se regresa hacia nosotros por el grado de impertinencia que
contiene. Nadie se pregunta sobre si es posible un tipo de educación
occidental. Por qué preguntarnos sobre la educación indígena? Considero que
habrían tres razones:
Ø Primero, la educación indígena no
es un asunto solo de leyes: no basta con creer que porque legislamos sobre la
educación indígena ya tenemos educación. La evidencia desde un discurso de los
derechos humanos y del derecho de los pueblos no es tan evidente para educar.
Si bien la educación indígena es algo tardío, no por tener establecimientos
educativos y una voluntad política podemos hablar de tener una educación
indígena.
Ø Segundo, diferenciemos una
educación indígena de una educación para los indígenas y de una educación de
los indígenas. La educación indígena es un hecho que se cumple con dificultades.
La educación para los indígenas es una orientación que se puede mover entre las
intenciones colonialistas y las tendencias de homogeneización, y el proyecto de
una educación desde los indígenas en un asunto mucho más problemático y
desafiante.
Ø Tercero, las finalidades de la
educación indígena como la fundamentación, entendida esta como los aspectos
antropológicos, los modelos de educación, los factores epistemológicos, los
conocimientos, y muchos otros elementos entrarían en la discusión.
En suma, la respuesta implica un entramado complejo en el que habría necesidad de una reflexión profunda, colectiva con los actores principales implicados.
Ahora, intentaré dar una primera respuesta a la pregunta con los elementos que acabo de mencionar. ¿Es posible una educación indígena?, diría que no:
2. No
es posible una educación indígena
Son muchos los argumentos que impiden una educación indígena en el sentido del segundo argumento anterior.
Ø La educación en tanto que un
instrumento de poder, como lo definiera Althuser, se inscribe en las tendencias
de homogeneización con el fin de implantar los mecanismos de dominación. Luego,
lo normal es que haya una educación para los indígenas pero no una educación de
los indígenas.
Ø En consecuencia, las propuestas
educativas no van en la línea de la cultura sino de la dominación cultural. El
aula que individualiza el aprendizaje que propone currículos sin contexto, que
no se inscribe en la interculturalidad, hace imposible una educación indígena.
Ø El desconocimiento de la
antropología, de la cultura, de la relación con el mundo, de sus creencias,
bajo las categorías que se piensan clásicas y universales, impedirían de manera
directa y contundente que se diera una auténtica educación indígena.
Ø Por otro lado una educación
indígena que se inscribiera exclusivamente en las concepciones indígenas y no
estuviera dispuesta a abrirse y a dialogar con otras culturas, también supondría
la potenciación de bloqueos que colocarían una serie de problemas.
Ø Además, responder a la posibilidad
de la educación indígena pasa por la definición de cual es el proyecto de
humanidad en el que se inscribe. Si es el proyecto de humanidad es el mismo de
la modernidad, no hay como olvidar que dicho proyecto fue el mismo que dejó
fuera a la mayoría de la humanidad. En consecuencia tenemos necesidad de pensar
en un nuevo proyecto de humanidad, más diverso, colectivo, con la posibilidad
de colocar la diversidad.
Ø Por último, no hay educación
indígena, puesto que la negación de la educación es la manera tradicional de
imponer el dominio sobre los otros y las otras, por lo que indígenas, negros y
mujeres, están excluidos de antemano.
En suma, no es posible una educación indígena por todas las razones anteriores. Lo cual impediría una interculturalidad no como los puentes de lo diverso o el respeto de la diferencias, condición fundamental para llegar a tal situación. La no posibilidad no es una imposibilidad, es más bien una apuesta a un desafió, que. Pienso, tiene tres aristas indispensables.
- Condiciones
indispensables para una educación indígena
Propongo cinco condiciones para poder pensar y no aplicar la educación:
1.
Deconstruir conceptos: La educación como el paso de la animalidad a
la humanidad kantiana no es algo que nos puede ayudar a entender la
educación inscrita en las diferencias. Una educación inscrita en un tipo de
cultura es un obstáculo. Pensar la educación en términos individuales y
competitivos bloquean el paso a lo indígena. Los conocimientos fragmentados,
reduccionistas no podrían educar dentro del mundo indígena.
2.
Relacionar en una perspectiva de
la interculturalidad: Una educación que enseñe exclusivamente su cultura, su
mundo, sus cosmovisiones, es una educación que nos abre hacia el mundo sino que
condena al anonimato y a la posibilidad de tener un proyecto planetario en
conjunto. Además, la interculturalidad es la manera no solo de levantar puentes
para circular sino también el desafió de modificar y ser modificado. No correr
este riesgo es problemático para la cultura que desea permanecer en este
encierro.
3.
La alteridad en tanto que lo otro
como lo irreductiblemente otro una cuestión fundamental. El otro es lo que no
soy yo, y no es simplemente un alter ego.
Ergo, la educación es la alteridad es el camino de lo impensable. La educación
en relación con el otro y lo otro es un giro, una torsión, es un cambio hacia
lo radicalmente nuevo y creador no por novedad, pues lo otro es lo milenario
sino como la implementación de un gesto que busca romper la exclusión.
4.
La diferencia es la otra
condición. La educación se hace para entender aquello que no comprendemos. La
educación de la diferencia, supone otros modos de escritura, el desafío de las
oralidades, otros modos de locución, aún, el integrar aquello que no puede ser
conocido, lo extraño de lo extranjero. Esto supone una actitud de cambio frente
a una diferencia que siempre se ha pensado maldita en la filosofía.
5.
Un proyecto planetario es el marco
amplio de una educación indígena. Un humanismo que integre los conocimientos
con saberes, la biología, las cosmogonías con las cosmologías y que no separe.
Tenemos que aprender muchas cosas de la sabiduría indígena y ellos tienen que
aprender algo de nosotros los mestizos. No abrirnos en caer en errores análogos
a los de una educación homogeneizante, que los condenó a la ignorancia y
exclusión.
En suma, el proyecto de una educación indígena es desafiante cuando lo enunciamos como una educación de los indígenas, desde un proyecto planetario. Esta es una de las apuestas que no se puede dejar pasar por alto.
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